Ese día tenía para comer en la calle
Vino de pasa,
que placenteros recuerdos me traía.
Vino a mi mente una pandilla de
estudiantes del Instituto Sánchez Cantón de Pontevedra,
que buscaban la forma de colocarse más
barata.
La solución en Los Ríos.
Allí vendían vino de pasa embotellado
a muy buen precio
Adquiríamos una botella por barba.
Y luego con la poción mágica nos
dirigíamos a los tubos
(Cilindros de hormigón apilados en un
lugar de la zona antigua de Pontevedra).
Allí nos acoplábamos cada uno en su
lugar
y comenzábamos la ingesta masiva
Siempre había algún porro
Ya fuera de Nito o el Abuelo.
Bebíamos rápido. De penalti.
Y el resultado era como el crack
Indecente colocón.
Ya puestos nos dirigíamos a Golope
a cuya puerta “potábamos” más de
uno.
“Barón Rojo” o “Leño”
hacían que nuestra borrachera
adquiriera razón de ser.
Porros y más porros
nos situaban en otro mundo,
sin duda mucho más interesante que
éste.
Las mayoría eramos del instituto
aunque ya había alguno estudiando FP
(Formación Profesional).
Yo, como alguno de mis amigos,
estudiaba en el INGABAD
y acudía durante el día a la academia
de Brea.
El caso es que la gente estudiaba en el
INGABAD
o por libre
porque estaban trabajando.
Yo lo hacía por puro placer.
El caso es que saqué muy buenas notas
Y dejé a mis padres contentos.
Todos mis éxitos eran celebrados con
vino de pasa.
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