Ayer tuvimos en
casa una comida: El "Cus Cus" de Salma, alumna marroquíe a la que doy
clase de español en casa todos los días y que es dulce y maternal.
Acabé el “Hachís”
con lo cual hoy le iré a pillar un huevo a mi camello dominicana.
Si bien todavía
lo cargo con ciertas reticencias pues no sé como afectará el
chocolatre a mi mermada movilidad debido a la minusvalía.
En todo caso
pillaré después de mi clase de árabe de Tayib y de español con
Salma. Y del gimnasio. Y procuraré no cargarlos demasiado, sobre todo si fumo por la
mañana.
Establecido el
contacto con Jacobo hoy iré a pillar sólo.
El último medio
huevo me duró veinte días. Y eso que al principio fumaba todos los
días, ya que estaba escribiendo.
Ahora pillaré el
doble. Pero no tengo prisa.
El costo de la
dominicana es fantástico.
No diré en que
bar se produce el subministro para no dar pistas sobre mi camello.
Temor le tengo a
las drogas pues me gustan todas, sobre todo las espirituales: Heroína.
Hachís, mariguana.
Y mi necesidad de
espíritu me lleva a ellas siempre y cuando no puedo conseguir el
espíritu por vías naturales.
En la cena estuvo
mi amigo Tayib, quien en un momento dado me dijo: A mi me pasa como a
tí, no temo a la muerte.
Y es que cada vez
tengo más claro que voy a viajar y ejercer el periodismo
internacional con Tayib.
El primer paso
será recibir al corresponsal del Líbano de la Vanguardia, para
ayudarle en la presentación de su último libro. Después viajaremos
al Líbano y de ahí a la Franja de Gaza.
Kiko Cabanillas.