He descubierto la que será sin duda a
partir de ahora mi tienda de ropa.
La Institución Padre Rubinos ubicada
en la coruñesa Labañou recoge ropa vieja y la recicla para los
menesterosos. Y la que está mejor la revende en “Re-estreno”:
Tienda ubicada en el Refugio.
El caso es que me acabo de comprar una
cazadora de pana, un anorak, una camisa, un pantalón y un cinturón
por veintiséis euros.
La cazadora es de las que usaban los
“sociatas” hace años. Me dijo la vendedora: “Ahora pareces
rojo”. Y le contesté: “Estupendo, es que lo soy”. “Pues por
eso”, replicó
Llegué a casa le di una lavada en
lavadora y ya está lista para usar.
Es realmente increíble la ropa que
tira la gente al contenedor.
También es estupendo que tengan mi
talla 54, XXL, etc... Soy un peso pesado.
La tienda está atendida por Blanca, a
quien me encuentro habitualmente en reuniones de ONGs.
Empática y guapa.
Ya es la segunda vez que compro ropa
para mi. Si bien empecé por comprar fulares para mi hija Julia,
nuevos y a un precio irrisorio: 3 euros.
Kiko Cabanillas.
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