“Sí encapotamos la ciudad. Como
mandes”.
Me deslicé hasta tapar el sol y dejé
caer mi pena sobre la antaño soleada ciudad.
“Siempre debes obedecer”, me diría
una nube abuela.
“Sólo así te podrán conceder los
favores que solicites”.
“¿Qué favores son esos?”,
pregunté.
“Por ejemplo librarte de las
tormentas”.
No hay nada peor para rematar una
cefaleas que tener que ser parte de una tormenta.
-”Una cosa quería preguntarte...¿Hay
más mundos sobre los que podamos llover?”.
“Por supuesto. En Marte por ejemplo
llueve seguido”.
“Pero tu debiste ser un humano antes
de la reerncarnación en nube”. “De ahí que estés sobre la
Tierra”.
“Bueno pues voy a hacer una
excursión”.
Así es que aquella mañana de marzo
nuestra querida”Cloudy” partió de viaje
Llegó a un planeta que estaba en
llamas. Marte creo.
Allí no tendría nada que hacer una
nube.
Pero prosiguió la marcha hasta llegar
al rey de los astros: El Sol.
Ante el se sintió insulsa y decidió
volver a la Tierra.
Podría hacer crecer las huertas,
aterrorizaren ocasiones con las tormentas y huracanes.
Unida a compañeras trabajó mucho en
la India durante el Monzón.
Pero lo que mas le atrajo fue aquel
jovencito que la miraba con ojos de ensoñación pensando en su
amada: Una niña con coletas que iba a su cole.
Y un día en una vena mística le
preguntó al creador: “Y después de nube...¿Qué seré?”.
Pero el creador no le respondió,
quizás porque ni el mismo lo sabía.
El enigma de la Creación. La Poesía
del existir.
Yo estimo que la creación se les ha
salido de las manos.
Y lo que sin duda es cierto es que
pasamos de ser un ente u otros en función de unas normas que
pertenecen más al caos que a cualquier aseveración intelectual.
Siempre pues que veamos una nube
pensemos que quizá en otra vida nosotros seremos como ella. O que
quizás alguno de nuestros seres amados la constituyen.
Soy una nube.
Soy un árbol, un humano, un pájaro.
No me desprecies pues tarde o temprano
serás como yo.
Kiko Cabanillas.
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