12 de julio de 2017

-Fotógrafo de guerra.

De no haber abrazado la literatura hubiese seguido formándome como fotógrafo y habría sido fotógrafo de guerra.

Estaba en Mosul bajo el dominio del DAES, que había liquidado a todo fotógrafo y periodista que se interponga pero a mi me respetaban. Y eso era porque además de fotógrafo era su camello. Les surtía de heroína, tan importante para el combate.

La ciudad estaba bajo escombros debido a los bombarseos irakíes.

La semana que viene estaba previsto que cayese el DAES y que se desplazase a Raqqa, donde tiene viviendo a su familias el que fué alumno mío: Ahmed.

No sólo era la aviación iraquí la que bombardeaba, también la estadounidense.

Yo comía todos los días gracias a los soldados del DAES. Era un empotrado.

El estado anímico de la población rozaba lo patológico. No había ni agua caliente, ni calefacción. Ni gas. NI luz.

Yo conseguí unas fotos fabulosas de los efectos de los bombardeos, que sirvieron para criticar la intervención americana.

Iba con una redactora, Eva, ya curtida en varias guerras.

Fumaba heroína y bebía sin cesar. Pero redactaba como los ángeles.
“Yo sé que moriré en campo de batalla”, me anunció un día.

Asimismo, le hice unas fotos fantásticas a un líder de el DAES que ella entrevisto

Nos pidieron en el periódico, “El País”, que nos tomásemos unas vacaciones de una semana para desconectar un poco.

Pero Eva y yo no sabíamos vivir en otro lugar que no fuese la guerra. Y ya no teníamos amigos.
Estuvimos toda la semana en una pensión de Garn Vía, donde Eva podía pillar caballo y yo tenía cerca la librería FNAC.

Al cabo dela semana volvimos esta vez a Raqq, último reducto del DAES.


Allí nos alojamos en casa de Ahmed. E íbamos siempre a casa de Mohames, quien tenía Internet
para transmitir crónicas y fotos.

La última vez que había estado en Madrid un empresario me había pedido que expusiese mis fotos de guerra.
Lo estuve pensando.
Pero...

Decididamente No.
Yo también moriría en un campo de batalla.
Eva y yo comenzamos a entendernos sexualmente.
                                                        Kiko Cabanillas.






















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