31 de diciembre de 2016

Unión Nacional de Escritores.

Gracias al consejo de Jacobo González Outes, quien trabaja como profesor voluntario de español en Ecos do Sur, al igual que yo, y escribe -también como yo-, formo parte desde hace dos semanas de la Unión Nacional de Escritores. De la mano de Ana Julia, quien me apuntó.
Todo lo que sea por publicar lo que escribo.
Ellos publican algo, pero lo que más me satisface es que ahora estoy en contacto con más gente que tiene esta endiablada afición a la literatura.
Y es que para mi algo no sucede si no está escrito. Y al revés, si algo no está escrito es que no sucede. Además tenemos gracias al arte literario la facultad de cambiarlo todo.
Yo ya tengo publicados cinco libros, pero en editoriales baratas y en Internet. De tal modo que ni siquiera llegan a las librerías.
Ahora soy escritor: Pobre y desconocido, pero escritor. Y así lo refleja mi carnet de la Unión Nacional de Escritores.
Pero lo que tengo en perspectiva es un libro de Poesía que ya he comenzado a escribir.
Lo publicaré con la ayuda de (UNE) pero estoy dispuesto a gastar algo por su edición si fuere necesario.
Además a partir de ahora voy a registrar todo lo que escriba, siguiendo el consejo de Jacobo.
También tengo en perspectiva una novela corta, pero ésta se encuentra en proceso embrionario.
Para mi libro de Poesía tengo una duda: Salir con una libreta en mano e ir cogiendo notas de aquellos lugares de los que escribo o dejarlo todo en manos de mi creatividad.
Más literario sería no salir pero yo soy periodista y ni puedo ni quiero deshacerme de esa cualificación.
Me pondré el despertador a las cinco, pues -tras tomar un café cargado- es esa la hora en la que estoy más creativo e inspirado.

Y sobre todo espero que este sea mi primer libro de verdad, que sea vendido en librerías y que me libre por fin del submundo editorial.
                                                Kiko Cabanillas.

30 de diciembre de 2016

-Verdadera Navidad-

Navidad, Navidad, dulce Navidad.
“La vergüenza de los que sufren”, editorial.

Navidad, Navidad, dulce Navidad.
“Cerco implacable a Alepo”.

Dulce, dulce...(con turrones artesanos).
Nuestros ojos y nuestros oídos en Alepo.

Champán y Pavo...
En Haiti: Víctimas del huracán Mattew. En República Democrática del Congo: Emergencia con desplazados. Sudán: Nuevos refugiados en Nilo Blanco. Y Yemen: El recrudecimiento de la guerra sacude los hospitales.

Almax para los empachos y...
“El Tratamiento de los Niños Desnutridos”.

Villancicos.
El equipo del Dignity trabaja en la ruta migratoria más peligrosa del mundo.

Las cenas de empresa.
Desplazados en Nigeria: Perseguidos hasta la nada.


Ah! Y me olvidaba Feliz año: Educación, Derechos de las mujeres, Educación, Desarrollo económico local, Condiciones de vida saludables, Vínculos solidarios, Emergencias...
           Kiko Cabanillas.

29 de diciembre de 2016

-Receta de Merluza.

En una sarten pequeña se sofríen unos ajos. No muy hechos.
La merluza que debe ser excelente se coloca en una fuente -con la piel hacia abajo- cuyo fondo se ha recubiero del aceite de la sartén. Por encima del pescado se vierte el aceite de la sartén y los ajos.
Cubrir el pescado con pan rayado.
Para comprar el pescado pedir que lo preparen sin cabeza y sin espina en dos filetes.
En la fuente deben caber los filetes a lo largo.
Al horno a 250 grados.
Unos cuarenta minutos
Los últimos diez minutos colocar el horno en gratinado.
Fundamental regarlo con un buen Albariño. Recomiendo “Gran Bazán”, botella rosada.

Comer de plato único o como mucho una tapa antes o algo de marisco.

Unas vieiras fantástico.
                                         Kiko Cabanillas.

28 de diciembre de 2016

-La Poesía me retuvo.

A modo de excusa os diré que he iniciado el libro de Poesía “El mercado de San Agustín”. Y en consecuencia no podré atenderos tanto.
¿Pero qué dices?.
“Cuéntanos lo que haces. Con eso llega”.
Pues bien hoy tengo invitados a comer a un alumno sirio: Ahmed y a su novia: Leti.
Les he preparado una merluza al horno que se chuparán los dedos. Albariño y cerveza Alhambra. Ella insistió en traer el postre.

Pero si he de contar algo que realmente ha cambiado mi vida os diré: He comenzado a escribir Poesía. Todo gira en torno a la creación. No me libro ni en sueños.
La Poesía es el amante más exigente.

Retorno. Quise que estuviera mi hija Julia en la comida pero va a comer en la biblioteca.
No podré presentarle a Ahmed y a Leti.
Pero...Otra vez será.
Quien me hubiese dado a mi la posibilidad de conocer de joven gente tan interesante.
En fin...

Bueno, ahora cuando acabe de escribir me voy al gimnasio. Me he quedado sin profe de rehabilitación, por lo que llevo dos semanas entrenando por mi cuenta.

Y hoy, después de comer viene a casa Ana -mi exmujer- quien me trae a mi dios: El gran Santi. A quien daré un gran beso en los morros según aparezca. Que será correspondido.
Y se inicirám los paseos por el Paseo Marítimo. Y los helados. Y los cuentos a la hora de dormir.
¡Que más Poesía puede haber!.

 Kiko Cabanillas.







27 de diciembre de 2016

-Magia-

Os lo voy a contar tal y cómo sucedió, aunque sin duda alguna no me creereis.
Llegábamos mi ex-mujer y yo a casa después de dar un paseo con Santi.
“Abre Kiko”, me ordenó la ex-parienta.
“Hazlo tú que yo no sé donde he metido las llaves”, contesté.
“Pues espero que las encuentres porque yo me las he dejado en casa.
Entonces decidí vaciar el bolsito que siempre llevo, en busca del metal.
Pero nada.
Cuando la situación tomaba tintes neuróticos, Ana me dijo: No pasa nada llamaremos a Julia.
“Venga llámala”, dijo.
“Yo me he dejado el móvil cargando la batería”. “Llama tú”, señalé.
“Yo tampoco lo tengo”.
Procuramos mantener la calma para que no se pusiera nervioso Santi.

Y ya habían pasado tres horas y empezaba a anochecer -suponíamos-.

Entonces fue cuando concentrándome mucho imagine unas llaves. Notaba su frío. Y como por arte de magia abrí la puerta de casa.

Le conté a Ana lo que había sucedido...La magia...y todo eso. No me creyó.


Realmente no sé si es que realmente llevaba las llaves en un bolsillo o es que ciertamente se produjo un milagro. Cotidiano.
                                               Kiko Cabanillas.

25 de diciembre de 2016

-Dejé la prensa de Área Central.

Llevaba toda la semana barruntando al respecto. Ya que desde que soy socio de la Unión de Escritores necesitaré más tiempo para redactar.
Así es que llamé a mi hermano Javier y le comuniqué mi decisión. Fue todo comprensión.
Etapa quemada, que me sirvió para habituarme a las redes sociales y para activarme como periodista.
Pero ahora necesito tiempo y sobre todo relax. Para leer y escribir
Seguiré en mi blog literario ideasdeunperiodista.blogspot.com. Y en mundopoesía.com y tustextos.com.
Volveré compulsivamente a la lectura de poesía contemporánea y a narrativa y teatro.
Necesitaba tiempo para pensar y crear.
Pensando en cual es el anuncio idóneo para una tienda del centro comercial me desvirtuaba.
Necesito volver al mercado de San Agustín en busca de inspiración.
No dejaré de escribir para el blog de la ONG, ni mis clases de español a inmigrantes.
Tampoco abandonaré mis clases de gallego y de inglés.
Pero esto de momento, pues si fuera necesario para escribir también abandonaría estas actividades.
Mi agenda semanal tendrá también tres días ocupados en la práctica del deporte, que tan necesario es para completar mi rehabilitación.
Es asignatura pendiente el dominio de mi ordenador portátil, para lo que sin duda me hará falta Amaia, quien mantiene conmigo una relación laboral basada en el trabajo en red. Si es necesario también vendría a casa.
Son demasiadas tareas. Soy consciente de ello.
Pero todas y cada una de ellas son prescindibles si la literatura me lo exige.

Gracias de nuevo a mi hermano Javier por la oportunidad que me brindó y seguro que comprende la actual coyuntura.
                                     Kiko Cabanillas.

24 de diciembre de 2016

Colegas escritores.

Efectivamente no era editora sino escritora de narrativa y teatro.
Me va a hacer socio de la Unión de  Escritores, para lo cual me ayudó a rellenar unos impresos y me acompañó a hacer unas fotos carnet.
Fue  presentada por Jacobo, quien trabaja de voluntario -como yo- en la ONG Ecos do Sur. Y que tuvo también un TCE como consecuencia de un accidente automovilístico.
Experiencia traumática en común, con el vínculo de que ambos escribimos.
Ya de vuelta antes de dejarme en casa Ana me contó un problema que tiene con unos primos y más concretamente con su tía, quien mantiene pésimas relaciones con su madre.
Le sugerí como solución que escriba un relato al respecto y que la solución brotará de sus manos. Parece que le convenció bastante la idea.
Como primera actividad cultural de la Unión de Escritores me propuso participar en un acto cultural que celebran el 31 de Enero en el coruñés Foro Metropolitano. Y acepté encantado sugiriéndole hablar de los planes para el nuevo año de la citada ONG.
Para ello le daré la lata como siempre a Patxi, quien seguro que me ayuda encantado.
Hablé con Ana de muchos temas, evidenciándole mi alma femenina. De literatura, de Posía y Teatro.
Hacías años que no estaba con gente ta afín a mi.
Me encontré realmente agusto y sobre todo estoy convencido de que es el incio de una gran aventura.
Nueva etapa, nuevos amigos. Y más literatura.
                                 Kiko Cabanillas.

22 de diciembre de 2016

-El editor fantasma-

Todo comenzaría el día en que Jacobo, que es como yo profesor de español de inmigrantes en la ONG Ecos do Sur, me comentó tras una cena que él también escribía y que conocía a una editora que podía ayudarme a publicar.
Me fascinó la idea y tuve con él varios cruces de correo electrónico, tras los cuales me dio el teléfono de Ana Julia.
Entusiasmado llamé a mi futura editora.
En el momento ya me había hecho a la idea de cómo haría para conseguir tiempo para escribir: Dejaría mis clases de gallego y mi colaboración de prensa en el centro Comercial compostelano Área Central.
Y me daría paseos por el mercado de San Agustín para inspirarme.
Tendría mi botella de JB para tomar una copa al acabar la jornada. Y...

Mi futura editora me dijo que me convenía hacerme socio de la Unión de Escritores, por tan sólo seis euros al mes.
¿Y mis sueños?. Si ya casi era famoso y envidiado.

Pensando fríamente tuve que reconocer que Jacobo ya me había hablado de la Unión de Escritores. Es decir: Había sido toda la película fruto de mi imaginación. Ana Julia era la persona que podía ayudarme a hacerme socio de la Unión de Escritores y nunca había sido editora.

La veré mañana. Fotocopia del DNI, Fotografía y Número de Cuenta Bancaria.


Y seré socio de la Unión de Escritores, donde puedo publicar ocasionalmente y tendré noticias del mundo editorial. Recuerdo que Jacobo también me dijo que a veces encargan trabajos.
                                     Kiko Cabanillas.

21 de diciembre de 2016

-Busco pareja-

 Deberían gustarle los niños: Gordos, flacos , simpáticos y sosos...En fin todos.
Sería adecuado que practicase deporte. De un modo relajado. Lejos de toda posible compulsión.
Debería ser solidaria. Trabajar en una ONG como yo, o similar.
Auto suficiente económicamente.
Practicar el sexo de manera desinhibida y sin prejuicios. Y a ser posible sólo conmigo. O conmigo también. No me importaría que fuera bisexual y estoy abierto a la posibilidad de sexo en grupo, de tres o más.
Tendría que ser inteligente. Mínimo como yo.
Me gustaría que tuviera un mínimo de sensibilidad social.
Ojos claros: Azules o grises sería perfecto.
No me importa si es algo gorda.
Compartir el gusto por la cocina sería de mi agrado. Y que le guste la buena mesa.
Agradecía su pasión por la literatura.
Y muy en especial por la Poesía.
Que use los transportes públicos.
Pero que conduzca, ya que yo no puedo debido a mi minusvalía.
También valoraría que no tenga más de cincuenta años.
Asimismo, que le gusten los animales. Yo toda mi vida he tenido perro, excepto de casado.

-Esbozo mi oferta:
Me encantan los niños. Trabajo de voluntario en una ONG. Y doy clase de español a inmigrantes desde hace veinte años. Me gusta el sexo desinhibido. Tengo sobrepeso y ojos verdes. Verdadera pasión por la literatura y en especial por la Poesía. Escribo. Practico deporte: Gimnasio, natación y “footing”.
Tengo 50 años. Recibo clases de árabe. Participo en un taller de Filosofía en una biblioteca municipal.

Si te gusto contacta conmigo en asuve@mundo-r.com.

                                    Kiko Cabanillas.

20 de diciembre de 2016

Gift Nawalima: Desde Nigeria.

Esta mañana he tenido el inmenso placer de llevar a mi hija Julia -estudiante de Derecho-y a su amiga Nerea -estudia para asistente social- a mi clase de español con inmigrantes de Ecos do Sur.
En un principio las puse de oyentes con Alfredo, quien imparte clase a unos doce alumnos, y yo mientas hacía leer el periódico a Gift Nwalima, inmigrante nigeriana.
Pero según iba pasando el tiempo concluí que conmigo aprovecharían mejor el tiempo. Así es que las senté con Gift y les pedí que mantuvieran una conversación con ella preguntándole edad, nacionalidad, tiempo en España, trabajos, familia, y todo lo que se les ocurriera.
Fue una charla realmente amena y didáctica para Gift.
A continuación y para finalizar le pedí a Alfredo dos ejercicios y les indiqué que hiciesen con nuestra alumna la mitad cada una.
Ambas se desenvolvieron con suma destreza y Gift quedó encantada.
Yo mientras les hacía fotos con el móvil, que mandé a la madre de Julia, Ana, quien además de mostrar su satisfacción me dijo que debía de hacer mucho frío en clase porque estábamos todos con abrigo.
Yo sólo le contesté que “muchísimo” pero pensé que era lo adecuado pues contribuye al lirismo del entorno.
En resumen, que mi hija Julia pudo comprobar sobre el terreno a qué se dedica su padre. Y tuvo la satisfacción de impartir clase de español a una inmigrante nigeriana.
Al concluir me ofrecí a Nerea para intermediar si quiere conseguir unas prácticas en verano. Y me dijo que sí encantada.
Yo, inflado como un globo, me despedí de Alfredo agradeciéndole su ayuda.
Y el, muy en su línea, me dijo “Gracias a tí Kiko”.
                         Kiko Cabanillas.



19 de diciembre de 2016

Navidad, Navidad: Puta Navidad.

   
En Alepo es desalojada por la población civil, que deja tras de sí muerte y destrucción.
Pero la paz no avanza. El ISIS se hace fuerte en Raquam, de donde es mi alumno Ahjmad.

La calle se puebla de mendigos, quienes aprovechan la especial sensibilidad de la gente en Navidades para conseguir más limosnas.

La pandemia del Sida avanza inexorablemente en África, donde no existen retrovirales.

El “caballo” y el “perico” amenaza a nuestros hijos. Y los paraísos artificiales logran más cariño en occidente del que pudieramos ofrecer el común de los mortales.

La clase media se hunde en la pobreza y ya no cuenta con presupuesto que permita hacer frente a los gastos de la orgásmica fiesta.

Depresión económica.

Esta es la expresión que teje sus redes en torno a aquellas familias que a duras penas pueden hacer frente al día a día...¿Cómo y con qué dinero festejar la venida del buen dios?.

Desnudemos de gastos superfluos a la Navidad. Comamos y bebamos de un modo especial pero económico y sin excesos. Y sobre todo...

...Compartamos estas fiestas con quienes no tienen con qué ni con quien celebralas
                                  Kiko Cabanillas.

16 de diciembre de 2016

“Hombre-50-Hamsun”.

 “Soy un hombre de 50 años”. Así comienza mi presentación en mi turno de intervención en mi clase de árabe impartida por el joven sirio Ahmad, en el bar Waikiki de la coruñesa Estrecha de San Andrés.
Después de la clase, bromeando con mi edad, el profe me dijo: “Pero Kiko si ya tienes el pelo blanco”.
Y es que efectivamente ya ha pasado un siglo desde mis primeros porros en la Cruz de la Alameda de Pontevedra, donde soñábamos con escaparnos de casa con un saquito de marigüana en la mochila.
Pues eso...La semana pasada Kaki me invitó a un par de petardos a la vuelta de una cena familiar y estuve durmiendo 17 horas para recuperarme.
Fueron los cincuenta años los que cumplió mi padre cuando yo lleno de sorna le regalé un bastón. Hoy tiene 84 y ya usa el bastón.
Han pasado más de veinte años desde que contraje matrimonio por la Apostólica y Romana con esa bella mujer de ojos celestes, con la que tuve dos hijos, de la cual vivo separado y estoy en trámites de separación.
Santo Domingo, Marruecos, Méjico, Nueva York, las Alpujarras...
Seguí viajando de casado, aunque por fin abandoné los destinos de tercer mundo, que tanto me fascinaban y me fascinan.
Llego a los cincuenta con muchos países bajo mi mochila. Y mucho país en desarrollo: India, Nepal Turquía, Marruecos, Méjico... Casi toda Europa. EEUU. Y más...
Me encuentro por fin medianamente reestablecido de la discaopacidad que presento desde mi accidente de tráfico sufrido hace ya veinte años, sí, tras mi viaje de novios.
Tengo dos hijos maravillosos, uno de ellos con un fascinante Síndrome de Down. Y la otra estudiante de Derecho y Antropología en Madrid.
Vivo sólo con mis libros. Y extraigo de la Biblioteca Municipal de Los Rosales una media de cinco libros semanales.
Amo la poesía. La Promoción poética de los cincuenta y a Leopoldo María Panero.
Y eso...

Ya tengo cincuenta años y el pelo blanco.
                      Kiko Cabanillas.

15 de diciembre de 2016

-Lágrimas por Siria-

Ahmad es alumno mío de español en la ONG Ecos do Sur. Viene de Siria.
Dice que no se entera de lo que pasa por los medios de comunicación.
“Despliegue informativo por una bomba que cae en El Cairo y en mi país caen bombas todos los días, de los rusos, de los turcos y de los americanos...”.
“Yo soy de Raquam -el bastión del Isis- y no puedo sabe si veré a mi madre otra vez”.
Estos días Hamed me dijo que estaba enfermo y que no podía venir a clase. Pero en la clase que imparte los miércoles de árabe me enteré de que lo que está es muy deprimido con la situación bélica de su país.
Tiene una novia española: Leti, quien le ayuda a sobrellevar la tensión.
Le animé a que siga asistiendo a clase pero me dijo que los problemas seguirán en su cabeza allí donde esté.
Le insistí prometiéndole un beso de mi alumna austríaca Cristina.
Lleno de confusión y secándose las lágrimas que afloraron a su rodtro dijó: “I´ll see”.
Y es que no podemos ni imaginarnos que nuestros padres, hermanos y amigos estén en riesgo de morir bombardeados.
Y es que no logro discernir cómo es posible que en pleno siglo XXI hayamos podido dar paso a la más primitiva de las guerras.
Empresas armamentísticas, intereses políticos en la región, el cóctel molotov de religión y política.
Hay guerras que interesan a grupos influyentes como aquellos que luchan por el acceso al gas en Siria.

Y mientras mueren mujeres y niños. Y los occidentales nos lo explicamos todo por el fanatismo religioso. ¡Qué incompleto es el hombre!.
                             Kiko Cabanillas.

14 de diciembre de 2016

-Palitos de cangrejo.

El Carrefour estaba muy concurrido. ¡Bien!.
Cuanta más gente mas fácil será.
Pues sí vamos a ver si me sale una obra.
Tendré dinero para las actividades extra-escolares de Fernandito.

¡Malditas fechas!.
Tanta fiesta y regalos. Y yo tengo para comer de milagro.

Turrón de chocolate para mi mujer. ¡Cómo le gusta!. Y de Yema tostada para mi hijo y para mí,
Y según se metía el turrón en los pantalones, se preguntaba: ¿Dónde estarán los palitos de cangrejo?.
El marisco para pobres.
Localizados los palitos procede a robarlos.
Y ya con los palitos y el turrón incorporados a su ser se dispone a salir.
“Perdone me puede acompañar”, le dice un guardia de seguridad a la puerta.

Y juntos van a un cuartito donde el guardia le ordena que saque todo lo que llevas escondido. Al tiempo que le dice: “Fernándo es la tercera vez esta semana. A la próxima te denuncio a la policía. Y ya sabes que tendrás problemas. Tienes antecedentes”.
Así pues Fernando, Eva y Fernandito cenaron por Noche Buena sopa de fideos y no hubo regalos.

Y a la mañana siguiente Fernándo se dirigió al supermercado de El Corte Inglés, donde hasta el momento no lo tenían fichado.
                            Kiko Cabanillas.

13 de diciembre de 2016

-Vida infinita.

Todo comenzó cuando yo -muy deprimido por mi separación- decidí volver a la India, donde tan féliz había sido.
De nuevo me hice voluntario de la Madre Teresa de Calcuta. Y de nuevo fui feliz.
Tenía mucho miedo a que nada sería como a los veinte años, ya que tenía cumplidos los cincuenta.
Como antaño leprosos y sidosos me ocupaban todo el día. De nuevo los afeitaba.
Pero...
Me contagié de la lepra.
“Sí no hay duda, tienes que ir a un hospital”, me dijo una estudiante de Medicina que también trabajaba de voluntaria.
Y así fue como me dirigí al hospital central de Calcuta.
Allí me trataron muy bien por el mero hecho de ser extranjero. Pero las medidas higiénicas eran espantosas. A mi vera había un tirador de ricksaw..
“No te preocupes, la vida es eterna”, dijo.
“¿Y eso...?”, pregunté.

“Pues sí, morimos eternas veces reencarnándonos en personas diferentes, en las que volvemos a nacer y morir. Pero la vida fluye y no para nunca. A excepción de que hagas malas obras, en cuyo caso desapareces para siempre. Esto es lo que los católicos llaman infierno.
El ciclo se interrumpe al final, cuando nuestra perfección esta casi lograda. Cuando llegamos al Nirvana, donde vivimos con los dioses”, dijo mi compañero.

Entonces fue cuando vino al hospital mi hermano Javi, quien me sacó de allí. Y en un avión me encaminó a Londres, al mejor hospital de Medicina Tropical y Lepra.
En seis meses estaba curado, aunque perdí un brazo.

Y yo se que de nuevo volveré a la India, a morir.



Kiko Cabanillas.

12 de diciembre de 2016

-Accidente en los Alpes.

Me desperté en la cama de un hospital.
Estaba rodeado por enfermeras y algún médico.
Todo el mundo parecía alegrarse de verme consciente, pero yo sólo reconocía a mi hermano Javier.
Una mujer me acariciaba la cabeza.
Sin duda alguna era Claudia, la que fue mi novia brasileña.
“Qué chica más cariñosa”, le dije a Javier.
“Es tu mujer. ¿Es que no la reconoces?”, dijo mi hermano.
“No mi mujer es Ana. Bueno mi ex-mujer”, señalé.

Contarme que ha pasado...

Bien Kiko desde que vives en Alemania, hace ahora diez años, te has aficionado al alpinismo.
Ya es el segundo accidente que sufres.
En el anterior te rompiste una pierna, Y en este has sufrido un TCE, del que te recuperarás.

“¿Estoy casado con Claudia?, pregunté.

“Sí Kiko y tienes dos hijos”, respondió Javier.
Trabajas de escritor en una editorial de Munich y vendes muchos libros. Aprendiste la lengua en poco más de dos años.

Pero...¿Y mis hijos Julia y Santi?. Y ¿Mi casa en La Coruña?. Y ¿Mis inmigrantes?.


“No te preocupes son sólo sueños. Nos han advertido que los tendrías.
                        Kiko Cabanillas.

9 de diciembre de 2016

El Gordo me causó confusión.

Cuando las Navidades se aproximaban adquirí un número de la Lotería de Navidad.
Y ya en casa de mis aún suegros y con la desesperación tallada en mi rostro me dediqué a comprobar si me había tocado.
Sí, efectivamente, ahí estaba mi número.
Lo quise comprobar con mi mujer para ver si me había equivocado...
“Kiko, te ha tocado el gordo”, me dijo.

Trasferencia a mi banco de A Coruña. Y surgían amigos por todas partes, la mayoría acababan pidiéndome dinero.

Tal como siempre tuve en mente doné el tercio del premio a mi ONG Ecos do Sur y otro tercio a varias ONGs con las que colaboro desde hace años.
Como capricho me pagué un viaje a París, donde estuve hospedado en un modesto hotel que estaba situado muy cerca de los museos. De nuevo quedé fascinado con el Louvre.
Y disfruté de los maravillosos cafés parisinos.

Ya a la vuelta redecoré mi casa colocando estanterías para libros en todas partes. Seguiría siendo lector compulsivo en Bibliotecas Municipales.

Pero ciertamente tener tanto dinero me causó una ineludible confusión.
Hice lo que llevaba muchos años deseando hacer: Servir comidas en el Refugio.

Y cuanto más dinero tenía más claro veía que una mente comunista como la mía se ve en la obligación de repartir.
                                         Kiko Cabanillas.

8 de diciembre de 2016

-Adoro a la mujer árabe.

Mi alumno de español la ONG con Ecos do Sur, Ahmad -de Siria-, imparte un curso de árabe en la coruñesa Estrecha de San Andrés, en el bar Waikiki, al que asistimos unos diez o doce alumnos.
Pasábamos el turno hablando cada uno un poco y yo aproveché para decir -en árabe- que amo la cultura árabe y a sus mujeres, que se ven sometidas al más aberrante machismo.
Mi profe Ahmad, de quien soy yo habitualmente profe de español, me dijo, ante mis intentos de hablar su lengua, que no dejaba nunca de sorprenderle. Y que estaba de acuerdo en mi rechazo hacia el hombre árabe.
Y yo feliz como un niño con zapatos nuevos.
Cadencia y pronunciación que hacen de este idioma una lengua sumamente poética.
Ahora, según acabe de escribir me dirigiré al bar jawaiano en el que me esperan mis compañeros.
Sensualidad, reserva, femineidad...
Adoro a la mujer árabe.
Y ante mis constantes halagos una de ellas me dijo que era muy “Jamil” y que tenía unos ojos preciosos.
Previamente yo me había dirigido a una compañera llamándola “Yamila”, a lo cual observó mi profe que aprendo muy rápido.
Ya en casa y a la espera de asistir a otra clase a las 20.30 horas una aguardiente blanca sosiega mi espíriru y me abre las puertas de un mundo espiritual inigualable, conformado por mis amigos árabes.
Ya cuando fui a Marruecos caí enamorado de este pueblo, y en especial de sus mujeres. Cuyos esfuerzos de integración en España y Galicia como sociedad de acogida me llenan de satisfacción.
Como experiencia al respecto tengo el haber compartido un Ramadán con una tribu bereber en el desierto del Sáhara, con mi actual ex-mujer Ana.
Si bien es cierto que devoré una barra de lomo que llevaba en la mochila y Alá me castigó con una terrible diarrea que me llevó cagando por todas las dunas de el lugar.

En fin que iré de nuevo a mi clase y procuraré que el aguardiente no hable por mi. Y que bajo su influjo le haga promesas de amor eterno a diez o doce rostros tiznados de carbón.
                                     Kiko Cabanillas.

7 de diciembre de 2016

-Asisto a mi propio entierro-

Continué con mi vida aventurera que en esta ocasión me había levado a Sumatra, donde tuvo lugar un terremoto que causó medio centenar de víctimas mortales, en diciembre de 2016..
El caso es que me dieron por muerto e iban a proceder a mi entierro.
Sólo aterrizar en España noté que algo muy extraño me sucedía: Nadie parecía verme.
Llevé mis comprobaciones a límites extremos: Le saqué la lengua a una señora a la que llamé gorda. Y nada...
El primer día dormí en mi casa de A Coruña. Seguía siendo invisible. Y para entrar en mi hogar no necesité llave. Pues penetré la puerta sin mayor problema.
Fui a Santiago a ver a mi padre y hermanos.
Y allí encima de la mesa del “pater” estaba el periódico que narraba mi muerte en Sumatra.
Un derrumbe me había dejado irreconocible. Mi cuerpo sería repatriado en breve.
Volví a casa de A Coruña lleno de estupor.
Intenté hablar por teléfono, pero nadie oía mi voz.
Según el periódico mi entierro sería el próximo domingo en Santa Comba. Allí me trasladé colándome en un autobús.
Toda la gente estaba consternada. Y no había manera de hacerles ver que yo estaba allí y que estaba bien. Mi primo Kikón estaba borracho hasta las trancas de aguardiente.
Y gente que no me había querido en la vida estaba allí lloriqueando.
La misa trascurrió sin el menor problema excepto los dos o tres “Cajondios” de mi primo-hermano.
Increíble señores, había acudido a mi propio funeral y asistí también a mi posterior entierro.
A la vuelta a casa de A Coruña, al intentar entrar, percibí que ya no era transparente.

¡Quedaba tanto por explicar”.
                                                 Kiko Cabanillas.

5 de diciembre de 2016

“Orgasmo capitalista navideño”.

Por fin no me dejan quedarme sólo en Navidades.
Lo tenía todo montado: Compraría un Sargo en el mercado y una botella de wisky en el Carrefour.
Charlaría por teléfono con mi primo Kikón y con su mujer Vicky.
Así me vengaría del orgasmo capitalista navideño.
Escribiría sin duda alguna y leería una antología poética de Luis María Ansón. Llevaría de regalo pendientes comprados a mi profe de gallego.

Pero no me dejaron.
Pasaré Nochebuena y Navidad en Lamas, en casa de mi padre. Y fin de año en San Vento, en casa de mi hermano Javier.
Además en Reyes iré a Madrid, pues mi familia política celebra mucho el día de Reyes. Y yo quiero ir con Santi a la cabalgata.

Y seguirán los inmigrantes disfrazados de Papá Noel. Y seguiremos haciendo dispendio con regalos inutiles, que gustan diez minutos. Excesos de comida y bebida.

En fin por los más pequeños.
Porque...Los Reyes vendrán y sus camellos se beberán el agua que le hemos dejado.
Habrán traído aquello que pidieron en la carta.

Pero algún año lo lograré: Me quedaré sólo...Mi ex.mujer me dice que sólo se quedan solos aquellos que no tienen con quien estar. Y yo le replico: Y yo y toda la gente a quien no nos gusta la Navidad.

                                               Kiko Cabanillas.

2 de diciembre de 2016

-Jodida mi mismidad. Y tan feliz.-

Como sabéis este año pensaba pasar la Noche Buena y Navidad sólo en casa cocinándome un sargo al horno. Pero esto es, que al comunicárselo a mi padre este me dijo: “De ninguna manera te quedas sólo. Yo pensaba que te ibas a Madrid con la familia política”.
Entonces le expliqué que con un proceso de separación en marcha era muy violento hacer aparición.
Lo comprendió y me insistió en que fuese a su casa.
Y así lo haré.
También irán mis dos hermanos.
Bueno Chemi está pendiente de su mujer Belén, con una salud delicada que no le permite excesos.
A ver si por lo menos le dan permiso para venir él.
“Hay muchos días para cocinarte un Sargo. Vente que estaremos muy bien.”
Así fue como murió mi mismidad. Y yo con Kiko parece que no voy a poder pasar unas navidades tranquilo.
“¿Y con los inmigrantes?.
Dónde y cómo las pasarán ellos”.
Pecado capitalista. Excesos gastronómicos.
Pero por favor “¿Que tiene eso que ver con la religión?".
El Corte Inglés y el turrón Gijona han vuelto a crucificar a Jesucristo.
“¿Dónde y cuando pasaré unas navidades auténticas?”.
“¿Quizás de nuevo en el desierto saharahui. Quizás en mi piso sólo y cabreado con el mundo. Quizás en Israel...O con el pueblo árabe?".
Pero un sabio disfrazado de yonquie me dijo un día: “La Navidad es la que llevas dentro. Lo de menos es dónde estés y con quién.

                                                      Kiko Cabanillas.

1 de diciembre de 2016

-Jacobo: Mi sombra-

 Ayer tuve la cena de Navidad de los profesores de español a inmigrantes de la ONG Ecos do Sur. Sólo pudimos ser unos diez.
Fuimos a la Casa Cuba, donde nos atendió la madre de Diego -síndrome de Down- con la que comparto el tener un hijo discapaz.
El caso es que conocí a Jacobo, que también da clase a inmigrantes como yo. Y que tiene una minusvalía como consecuecia de un accidente automovilístico al igual que la tengo yo.
Además también escribe. También en común.
Compartimos reflexiones y dolencias.
Coincidimos en que hay que mantenerse en activo
Y también en la importancia de escrribir.
Intercambiamos webs y blogs. Y además me facilitó el teléfono de una asociación de escritores que me puede ayudar a escribir.
Con habla cerebelosa como yo, ya le habían remitido los fallos en la memoria reciente al igual que a mi. El perdió la visión en un ojo. De ahí que su minusvalía sea mayor que la mía 65 yo/75 él.

Lo que está claro es que por mucho que nos lamentemos de que nuestra dolencia es única, casi nunca es así. Y siempre habrá alguien que padece lo que nosotros hemos sufrido. Y que incluso ha abrazado salidas similares a las nuestras.
                                       Kiko Cabanillas.