4 de mayo de 2019

¡Que no cojones, que no estoy deprimido!

Todo el mundo insiste en que debo estar deprimido debido a mi separación y al dramático hecho de que se hayan llevado a mis hijos. No dudo que duela, pero mi psicosis literaria me protege.
Además tengo gran amistad con el colectivo inmigrante musulmán, lo cual indudablemente me protege sin igual.

Tengo sexo de pago: Daniela, de la cual debo procurar no enamorarme -difícil es follar sin afecto. Yo no sé- Hoy-pase-un-día fantástico con mi alumno Abderramán, quien me dijo como quinientas veces que no meta a Daniela en casa y que -insistió- "estás enamorado". Matamos un cordero por el método halil -sin sufrimiento para el animal-.

Ayer fuí a un acto de presentación de un maravilloso libro de Poesía de mi compañera de la Unión de Escritores Rosi. Y estuve en casa.

Ahora procedo a vomitar: Escribo.

Le haré caso a Abderramán en lo de no meter a Daniela en casa. Iremos a una pensión cuya dirección me facilitará mañana.

Estoy fisicamente agotado porque me levanté a las tres de la mañana a hacer mi tabla de fondos y abdominales. Además ayer hablé con el doctor Kornes, a quien le mandé el libro "Cincuenta inmigrantes en La Coruña".

Estuvo entrañable.

Y de veras...Que no estoy deprimido. Escribo veo buen cine "Ser o no ser" de Ernest Lubitsch me espera y mis amigos musulmanes y mi literatura rezan por mí.

Matamos un cordero hoy por el método Halil -sin sufrimiento para el animal-. Y Abderramán me dijo como quinientas veces que la iba a cagar con Daniela.
Es muy posible que tenga razón, pero también es factible que no.

El otro día Daniela no vino y yo sospecho que la pobre no quiere hacerme daño. Pero ayer volvió.

Su película resulta convincente: Hermanos cocainómanos y otro adicto a la bazuca. Quiere montar un taller de mecánica en un garaje de propiedad de sus padres en Colombia y para ello se prostituye.
Pero lo único cierto mes que yo estoy echando unos polvos fantásticos.

"Siempre escribes sobre tí, "me dijo Ana Julia". Y "la vas a cagar con Daniela porque estás enamorado", insistió Abderramán.

Y yo le llamé a mi ex "paridora de yonquis", en clara referencia a un antiguo novio al que vimos enganchado al caballo en Pontevedra.

Rosi, LA POETA, me dijo que después de escribir se queda como relajada y plena. Yo le dije que a mi me pasaba lo mismo.

Y no fumo hachís sino cuando estoy ya relajado, por eso de la dependencia.

Y de veras que estoy encantado de vivir con Leopoldo.

¡Cuidado con las compulsiones!, me dijo Enrique sospechando posibles toxicomanías.

Pues eso, que yo me coloco escribiendo y cada vez soy más asocial.

Daniela el otro día no vino porque estaba con un cliente en un hotel, según me dijo. Pero mintió, según me dijo más tarde. Sospecho que se ha encariñado y no quiere hacerme daño. Es una puta.
Pero es muy probable que me enamore y la cage, en cuyo caso escribiré compulsivamente "El Quijote" contemporáneo.

Y mi prima Vicky tras leer un escrito mío autobiográfico en el que contaba episodios dramáticos dijo que no le extrañaba que saliese tan airoso de la separación.

Intentaré tomarme con más calma el deporte. Instrumento por mi usado desde antaño para luchar por mi supervivencia.

Y ahora que pasó la compulsión literaria trataré de descansar un rato. Y si no puedo dormir leeré lass poesías de Rosi, para seguir viviendo en un mundo mucho más bello que el del común de los mortales.

Leopoldo.