29 de junio de 2018

Presentación y Ontañón.

Esta semana he presentado en la Biblioteca Municipal Los Rosales mis libros “Raptos místicos” -con Juan Mariñas- y “Cincuenta Inmigrantes”.
Cariñosísimas palabras las de Juan Mariñas quien me presentó diciendo: “Es que Kiko Cabanillas es Kiko. Y punto”. Estuvieron presentes en el acto la casi totalidad de compañeras del club de lectura. Así como mi profesor del taller filosófico Bruno, quien me preguntó por influencias literarias
Tayib, mi amigo y profesor de árabe también estuvo, así como mi querida Anabel.
Y no pude evitar adelantarle la intención que tenemos Tayib y yo de meternos en la Franja de Gaza.

Asimismo, ayer asistí en el Sky Bar del hotel Plaza a una charla de Fernando Ontañón, quien me resultó especialmente interesante cuando dijo que hasta el final ignoraba cual iba a ser el final de sus novelas. Y que luego, como una iluminación éste surgía como caído del cielo. Es exactamente lo que me sucede a mí.

Y es que desde mi presentación estoy claramente sumergido en la vida de escritor: Enganchado a la botella y entre charlas y lecturas. Vuelvo a levantarme a las tres para redactar. Lectura compulsiva. Y como no Poesia.

Y las mujeres...Como no la Keka. Y surgió en la charla de Ontañón una poetisa cuyo nombre no recuerdo, pero cuyos poemas aún resuenan en mi alma después de que los oyera en el Ágora.

El encantador Juan Mariñas se me ha ofrecido a ayudarme a llevar por librerías “Cincuenta Inmigrantes”, que no es de su editorial, Lautana, sino de Cronos.
                                             Kiko Cabanillas.

26 de junio de 2018

Salma me salva la vida.

Como ya os había anunciado se nos fastidio el plan de ir a Valencia a atender a los inmigrantes del “Aquarius”. El caso es que me veía en casa -en A Coruña- todo el verano sin nada que hacer.
Pero gracias a la mediación de Tayib, mi profesos de árabe, amigo y colaborador en prensa, conseguí darle clases de español a la marroquí Salma.

Tiene un nivel de Iniciación y unos hermosos ojos negros.
La primera clase fue un éxito ya que se quedó encantada.
Y así será durante los meses de Julio y Agosto.

Las clases se las doy en casa, ya que las clases de Ecos do Sur han finalizado y durante el periodo vacacional quedarán suspendidas.

Para rematar la cuestión Tayib me ha preguntado si también le puedo dar clases a una inmigrante tunecina. “Sí, encantado”, fue mi respuesta.

Así pues recibiré clases de árabe todos los días. Y al acabar impartiré clases de español.
Para concluir la mañana iré al gimnasio la Casa del Agua.
Mis tardes estarán dedicadas a leer y escribir.
Tengo en perspectiva redacta un libro de poesía.
                       Kiko Cabanillas.

23 de junio de 2018

-El descanso del guerrero.

Acabo de terminar de redactar”Santi lucha Santi” y por fin he puesto fin a mi psicótico horario de escribir: Me acuesto a las nueve y media y me levanto a las tres de la mañana. Hora esta idónea para escribir después de ingerir un café cargado.
Llevando este horario escribo muy concentrado y creativo, pero el resto del día estoy atontado.
Innumerables son mis despistes, anárquicas son mis comidas y abundante el café y el alcohol. Sólo leo poesía.

Y cuando acabo de redactar, como ahora, entro en lo que yo llamo “El descanso del guerrero”. Donde retomo mis lecturas compulsivas, duermo más. Y me dejo acompañar también por el alcohol -whisky y aguardiente, alguna cerveza. Así como el vermú con ginebra de Modesto.
Para más inri tengo dentro de tres días la presentación de “Raptos místicos” y “50 inmigrantes” en la Biblioteca Municipal Los Rosales”. Me ha hecho prometerle una bibliotecaria que no la piropearía durante el acto. Y yo le he prometido que lo intentaría.
Pero...¡Son tan hermosos sus ojos!. Y...¡Me gustan tan poco las presentaciones!.

                          Kiko Cabanillas.

21 de junio de 2018

El “Natilus” se volatiliza.

Nos ha fallado el contacto: Germán Padín -cura salesiano-.
Cuando ya estábamos casi haciendo la maleta para atender a los 629 inmigrantes del “Nautilus” Germán nos dijo que aún no había conseguido los permisos y que se retrasaba el tema quince días.

Nos recordó que la Cruz Roja tenía la exclusiva de la ayuda humanitaria. Asimismo, nos señaló que podíamos ir pidiendo antecedentes penales pues era necesario estar libre de ellos para desarrollar el requerido voluntariado.

El caso es que Jacobo, por un problema que tiene fácil explicación, y en el que no voy a entrar, tiene antecedentes penales, con lo cual no podía ir. Y yo sólo no voy, pues tengo una minusvalía del 67% que me exige compañía y ayuda.

¡Blufffff!, la aventurase frustró.

El caso es que yo no estaba seguro de esta excursión, pues lo veía todo demasiado inestable.
Y el destino decidió por mi.
Al respecto me dijo mi prima Vicky: “Lo que viene, conviene”, según un dicho de su profesorade yoga.

El caso es que me voy a quedar tan agusto recibiendo clases de árabe a domicilio con Tayeb. E impartiendo clases de alfabetización de español a una inmigrante árabe. Así como escribiendo un libro de poesía, que es lo que me sale del alma en este momento, pero que tiene difícil publicación.
Kiko Cabanillas

Cuando por fin cagaba bien...

Una de las maldiciones de la amebiasis hística que me pillé en la India...Diarreas sanguinolientas con el colón ulterior ulcerado.
Pensé que jamás volvería a cagar bien.
Perdí cuarenta kilos y me fui cagando encima casi un año.

Terminó mi juventud y finalizaron mis viajes a países en desarrollo.

¿Pero?.
¿Seré capaz?.

Un viaje al Líbano para trabajar de periodista “free lance” se me plantea como una posibilidad factible.
¿Cuidarme?.
Ya se lo que hay que hacer para reducir las posibilidades de enfermar.
Estoy muy experimentado en los viajes a países en desarrollo.
Y lo que es más: Mi pasión y mi poesía son incombustibles.
Lo sé, tarde o temprano volveré a cagar mal.


Kiko Cabanillas.

16 de junio de 2018

Cuidado Valencia.

Una amiga, Leti, me ha alertado de que la ayuda al “Nautilus” puede no ser lo que parece.
Dice que la ayuda la lleva en exclusiva la Cruz Roja y que es muy probable que nos desplacemos allí y que luego no podemos ayudar (dar clase de español).
Timo no, porque no nos han pedido dinero, pero es muy probable que el mencionado cura de los maristas no sea tal o bien que aún siéndolo no tenga capacidad operativa de actuación.
En fin, se abre un período de investigación para irnos con las suficientes garantías.

15 de junio de 2018

Con los inmigrantes del “Aquarius”.

El tres de Julio los Salesianos nos esperan a Jacobo -amigo y compañero profe de español en Ecos do Sur- y a mi en Valencia, donde daremos clase de alfabetización a los niños del barco “Aquarius” en el que viajan 629 inmigrantes y que ha sido rechazado por Italia y Malta y acogido por España.
La iniciativa partió de Jacobo y yo le dije que hablase de mi: Más de veinte años dándole clase a los inmigrantes de español y hablo bien inglés y portugués y algo de árabe. El resultado fue magnifico: “Que se venga contigo”, le dijeron.
Pongo sí la guinda al pastel que llevo construyendo durante más de veinte años. Primero con Cáritas y luego con Ecos do Sur, dándole clases de alfabetización y perfeccionamiento al colectivo inmigrante. Los niños del barco “Aquarius” doy por supuesto que necesitarán clases de alfabetización. Me nutriré de libros y fichas en Ecos do Sur.
Feliz además porque me da tiempo a la presentación de mis dos últimos libros “Raptos místicos” y “Cincuenta inmigrantes”, que es el día 26.
Pocas personas hay con mi experiencia docente dedicada en exclusiva al colectivo inmigrante. Y pocas personas hay tan felices por poder ayudar a gente tan querida y necesitada.
                                       Kiko Cabanillas.

9 de junio de 2018

Yo quise ser Sida.

“Ciento veinte pulsaciones por minuto” es el título de la película que acabo de ver en el Fórum coruñés y que aborda con inmensa sensibilidad e inteligencia el drama del Sida.
En el eje central del filme están un grupo de activistas que luchan contra el rechazo político y social de la enfermedad así como contra las farmacéuticas cargadas de prejuicios a la hora de luchar contra este mal.
El papel protagonista es para un homosexual con el Sida avanzado ya con el Sarcoma de Kaposi, siempre acompañado por su pareja masculina. Deterioro y muerte.
Un colectivo cargado de poesía que parecen ser un alegato contra la vulgaridad imperante. Poco toca el mundo de los Sida heroínomanos, pero estos son también un verso suelto.
Marginalidad iconoclastia y rupturismo que me abrazaron hasta tal punto que quise por un momento ser un enfermo de Sida.
                         Kiko Cabanillas.

Viajes por países en desarrollo desde el colegio mayor.

Allí viví yo durante los años de carrera en la capital española.
Fue ante todo mi nidito de amor con tu madre.
Allí nos quisimos sin límite.
Estaba prohibido, así es que se enfadaron conmigo y me echaron.
Yo además tampoco era un colegial ejemplar: Hacía sólo lo que me daba la gana aunque lo hacía muy bien.
Jugué al rugby en el equipo del colegio. Y era muy bueno. Trabajé en el laboratorio de fotografía.
Iba mucho al cineclub. Tenía un programa fantástico en la emisora de radio.

Pero sobretodo fue mi campamento base para realizar todo tipo de viajes.
India, Nepal, Marruecos, Turquía...

Allí me documentaba y organizaba.

Pronto me pagaba los viajes con dinero propio. Con lo que sacaba en colaboraciones en prensa.

Pero mayoritariamente extraía la financiación del pater familia.

Hay gente que lo invierte en droga, me decía.

Quería mucho a otros colegiales: Gildo, Tomás, Chemi, el Moro, Antonio O Campo...

Fueron mi familia, además en un momento en que mi auténtica familia se descojonaba: Mis padres se separarían.

Yo lo que despreciaba sin límites era ese orgullo excluyente de ser del San Pablo, como aquél que pertenece a los mejores y los más ricos.

Yo siempre adoré la educación pública.

Como sabéis estudié en el CEU la carrera de Periodismo. Entre pijos insoportables.

Pero yo era un niño rico y allí debía estar.

Mi condición social siempre me ha perseguido como una maldición.

Con el tiempo me enteré con gran satisfacción de que los primeros comunistas en Rusia fueron de muy buenas familias.

Y yo lo era.
Esto es comunista y de buena familia.
Pero bueno es que los pobres no son “buena” familia.

Sólo hay algo que me disculpa: No podría haber accedido a la cultura que poseo de tener que haber estado preocupado por qué comer.

En mi cuarto del colegio mayor vivía también Acrata, mi periquito, que se escandalizaba ante los encuentros amorosos de tu madre y míos.

Y tenía una tetera turca, en la que hacía tés sin descanso e invitaba a mis amigos.

Desde el San Pablo y con otros colegiales, como Gildo y Chemi, organicé mi viaje a la India, país que recorrimos entero en tren. Viaje que marcaría mi vida como ningún otro. En Calcuta trabajamos de voluntarios de la Madre Teresa de Calcuta.

Y desde entonces la poesía vive conmigo.

Su olor, su sabor, sus gentes, sus paisajes. Es “El olor de la India”, de Pier Paolo Pasolini”.

Pronto comprendí que en los paises en desarrollo vive el espíritu.

Verás Santi en países como el nuestro sólo vale el dinero. Es lo único que se respeta.

Es el alma de occidente.

En los países en desarrollo no lo tienen y sin embargo tienen mucho más alma que el más rico de nosotros.

Así es que yo me dediqué desde entonces en la búsqueda del alma, en países en desarrollo.

Pero volvemos al San Pablo: ¿Por qué me echaron?.

Verás Santi yo era un colegial incómodo como siempre lo fui para la clase social que me correspondía por nacimiento.

No vestía como los pijos. No pensaba como los pijos.
Amaba la poesía.
Y no sólo en los libros.
Amaba la poesía en la vida misma.

Abrazaba un comportamiento ético y justo.
Para mi los países en desarrollo eran mi hogar.

Tuve mucha relación con los misioneros combonianos.
Cierto es que estuve a punto de ser uno de ellos. Si bien me falló la fe.
Pero que miradas más bellas tenían los combonianos.

Mi vida por esa mirada.

Pude haber acabado en una olla caníbal entre zanahorias y patatas.
Pero antes de morir entre “chup chup” habría conquistado la más bella de las miradas.

Comboniano.

Son tus ojos Poesía.
Tu fe inquebrantable.
Tu Amor eterno
Eres un ejemplo para la humanidad.
Vivís en lo que creéis.
Amáis donde vivís.
Vivís donde amáis.
En otra vida yo quiero ser comboniano.
               Kiko Cabanillas.






















8 de junio de 2018

Colegio Mayor San Pablo.

Fue para mi la casa que no tenía.
Amigos para toda la vida.
Jugué al rugby, trabajé en la radio.

El primer año, cuando eramos novatos, nos hacían bromas que en ni caso nunca fueron pesadas, porque mi tamaño y mi cara de bestia lo impedía.
También teníamos un laboratorio de fotografía donde aprendí a rebelar fotos.
Me convertí en fotógrafo, oficio que desarrollaría en mi profesión.

Las fotos de mis informaciones siempre las haría yo.

En el colegio San Pablo de novato me alojaría en Residencia para luego pasar a segundo impares..

Recordemos a algunos amigos:
-Gildo: estudiaba en ICADE dos carreras a la vez. Era listo como un rayo. Y jugaba al rugby conmigo. Era salmantino y tragón.
-Tomás: Un chico especialmente sensible. Amante del cine.
-Antonio el Moro: Pequeñito y juerguista. Fumaba porros hasta por las orejas.
-Antonio el Lobo: Buena persona. Abogado que con el tiemo me llevaría mi separación.
-Chemi: Mi querido hermano, a quien una cardiopatía pondría fin a su prometedora carrera deportiva.
Y muchos más.

A mi con el tiempo me acabaron echando del colegio porque tenía un director que era un julandrón.
Y porque yo subía a la habitación a mi novia por aquel entonces y mujer después Ana.
Hacíamos guarradas, como pegarnos mocos el uno al otro. Y escandalizábamos a mi periquito ácrata.

Como yo por aquel entonces me dedicaba a la escalada deportiva tenía todo el cuarto lleno de cuerdas, arneses y demás.

Además para adelgazar y así poder subir practicaba flexiones en los marcos de las puertas y comía verduras que me preparaba en el camping gas de mi cuarto.


Yo acabé viviendo en un piso del barrio ya que como dije me echaron del colegio mayor.

Que manía. Ya me habían echado del Sagrado Corazón de Pontevedra, por rajarle las ruedas del coche al Chano, profesor de inglés.

Y ahora...

La comida del San Pablo era malísima y teníamos en el cuarto jamones, cecina y lomo.

Yo desde el San Pablo preparé mis primeros viajes a países en desarrollo.

Le dijimos a los padres de Ana que nos íbamos a Aranjuez y nos atravesamos el Atlas marroqui.


Estuvimos en las ciudades imperiales y acabamos nuestro romance en Uarzazate, en pleno desierto del Sáhara.
Pero el mejor viaje que he hecho en mi vida fue con Gildo, Chemi, los enanos y David.
Recorrimos la India en tren. Y acabamos en Nepal, donde hicimos un trecking por el Himalaya.
En Calcuta fuimos voluntarios de la madre Teresa de Calcuta.

Yo enfermé en la India de amebiasis hística. Y estuve un año cagando pus y sangre.

Además viajaría por Turquía, en solitario; y por México.

Luego estuve por casi todas Europa y por EEUU.

Viajar se convirtió en mi ocupación fundamental.

Y un parón para hablar de David.
De Salamanca e íntimo amigo de Gildo y los enanos.
Vendría conmigo a la India y tuvo el mal gusto de matarse dos años después escalando en los Alpes.

Era una persona muy inquieta culturalmente.
Yo cuando falleció le escribí el libro “David y Kiko en la India”.

Moncho, el director que me echó del San Pablo, tuvo problemas años después por comprarse un mercedes con cargo a los presupuestos del colegio mayor. Creo que lo echaron.

Era un trepa. Y eso que era cura.

Siempre recordaré cuando trajo de invitado al colegio a Mario Conde, quien como sabéis acabaría años después en la cárcel.

Las fiestas del San Pablo eran un descontrol. Y no hacían más que subir chicas a las habitaciones.

En cuanto a juergas nocturnas salíamos por Malasaña.

Había muchos baretos y pubs muy interesantes.

Conocimos Madrid a fondo.

Aunque yo siempre fui un niño bien con coche, en Madrid nos movíamos sobre todo en metro.

Y yo siempre mantuve una fantástica relación con mi primo Enrique, su mujer Vicky y su hija Amaya, quien con el tiempo se ha convertido en juez.

Mientras estuve en el San Pablo estudié periodismo en el CEU, universidad de niños bien, donde conocí a tu madre Ana.

Me enamoré perdidamente de sus ojos azules.

Y al verla me dije: Me casaré con ella y tendremos juntos a Santi, que eres tu. Bueno y a Julia, tu hermana.

Yo siempre supe que llenarías mi vida Santiago.
Y ahora me tiene tan tan feliz.

No necesito más que tu alegría para vivir.
                         Kiko Cabanillas.

6 de junio de 2018

Berbidiana.

A las 20,00 voy a la librería Berbidiana a la presentación de un libro de Manuel Rivas.
Me cae muy bien. Es sencillo y muy formado. Además podré ver a mis compasñeras del club literario, de la Biblioteca de Los Rosales.
Para cerrar  la semana literaria tengo prevista la presentación de "Raptos místicos" y "Cincuenta inmigrantes en A Coruña".
Y es que así sin quererlo me he convertido en un escritor, pobre como todos o la mayoría.
Esta semana pasada estuve con la Unión de Escritores en Asturias en una charla en la que les resumí mi biografía: Muy literaria.
Conservo la facilidad de hablar. Y para mi escribir se has convertido en una necesidad.
No hay día que no escriba, o bien en el libro que tenga entre manos o en el blog literario, o simples mails.
Mi espíritu de escritor ha sido forjado en mis viajes por los países en desarrollo: India, Nepal,Marruecos, Turquía y México y por los innumerables libros que he leído -en las biblioteca, uno diario-. Así como por el alma peregrina de Leopoldo María Panero, que se ha ido a un lugar en el que seguro que le tratan mejor que nosotros.
Y quiero volver a la poesía, que es mi patria.
Sensaciones, suspiros, amores frustrados y logrados...

Bien, seguiremos...

                  Kiko Cabanillas.

Tayib.

Mi profesor de árabe tunecino, amigo y colaborador en prensa se llama Tayib.
Recuerdo que cuando al poco de conocerle barajábamos la posibilidad de meternos en la Franja de Gaza...Yo le dije: “Tayib no sé yo. Tengo una minusvalía del 67%. De verdad crees que deberíamos hacerlo. “Claro Kiko. Yo te ayudo”, dijo.

“Qué bonito”, dije yo. Y cuando Tayib se retiraba vi que tenía una considerable cojera.
Y...”Pero Tayib si eres cojo”. Dónde vamos los dos: Un discapacitado y un cojo. Entre balas.

También tiene almorranas.

En fin: La pandilla basura.

Pero lo cierto es que ya hemos trabajado juntos en “Cincuenta inmigrantes en A Coruña”. Y mi querido Tayib me ha conseguido numerosas entrevistas y me ha servido de traductor.
Tiene empatía y enamora a sus interlocutores.

Y yo, a base de Ribera del Duero en casa, comidas en “Mamá África” y clases de árabe lo considero ya un buen amigo.

Y es que Tayib es musulmán y no puede beber alcohol, pero su buen gusto le lleva a disfrutar sin igual de un buen vino y embutido -tampoco puede-. Aún así se muestra muy respetuoso con la gente que guarda estos preceptos.
                                      Kiko Cabanillas.

2 de junio de 2018

Entre escritores.

Acabo de regresar de varios pueblos de Oviedo con Ana Julia y Rosi, de la Unión de Escritores de varios encuentros. Mi alma ha volado.
Y he comulgado en familia.
Amor al Arte: Iglesias, anocheceres, amaneceres, pueblos...

Comunicación con la gente local. El sabor de los pueblos.

Leemos y escribimos compulsivamente.

Sentido del humor que supera todas las limitaciones como la cutrería del hostal Albino en el que nos hospedábamos. Sin agua caliente y con sábanas que no cubrían toda la extensión de la cama.

Algo de alcohol que no falte.

Sensibilidad social que nos aúna en actitudes similares ante problemas comunes.

Literatura: Ese espíritu para tan pocos.

Inestables emocionalmente, influenciables por la emotividad ajena. Empáticos.
Vivimos en otro mundo. Por cierto mucho más interesante que el de el común de los mortales.

Puertas abiertas para nuestros colegas escritores.
Abandono de la soledad autoimpuesta.
Autoexcluídos.

La Poesía está en nuestras vidas. En cada aspecto, en cada detalle.

Somos bichos raros para el común de los mortales.

Nos amamos entre nosotros. Tenemos preocupaciones similares. Inquietudes. Penas. Amores.

Y EN RESUMIDAS CUENTAS FUE TAN HERMOSO ESTAR CON ANA JULIA Y ROSI.