Recuerdo que
cuando al poco de conocerle barajábamos la posibilidad de meternos
en la Franja de Gaza...Yo le dije: “Tayib no sé yo. Tengo una
minusvalía del 67%. De verdad crees que deberíamos hacerlo. “Claro
Kiko. Yo te ayudo”, dijo.
“Qué bonito”,
dije yo. Y cuando Tayib se retiraba vi que tenía una considerable
cojera.
Y...”Pero Tayib
si eres cojo”. Dónde vamos los dos: Un discapacitado y un cojo.
Entre balas.
También tiene
almorranas.
En fin: La
pandilla basura.
Pero lo cierto es
que ya hemos trabajado juntos en “Cincuenta inmigrantes en A
Coruña”. Y mi querido Tayib me ha conseguido numerosas entrevistas
y me ha servido de traductor.
Tiene empatía y
enamora a sus interlocutores.
Y yo, a base de
Ribera del Duero en casa, comidas en “Mamá África” y clases de
árabe lo considero ya un buen amigo.
Y es que Tayib es
musulmán y no puede beber alcohol, pero su buen gusto le lleva a
disfrutar sin igual de un buen vino y embutido -tampoco puede-. Aún
así se muestra muy respetuoso con la gente que guarda estos
preceptos.
Kiko Cabanillas.
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