26 de marzo de 2017

-Cena de escritores.

El pasado viernes nos reunimos en casa en torno a un café y una botella de aguardiente blanca Ana Julia Martínez Fariñas -”El sueño de la medusa”-, Jacobo González Outes -”El sueño de la Medusa-” y yo -”El mercado de San Agustín”-. Para preparar el acto de la Unión Nacional de Escritores que se celebrará el lunes en el Forum Metropolitano. Y en el que se hará entrega de los carnets de los nuevos socios -yo entre ellos-.
Redactamos un texto cada uno sobre e tema a debatir: El racismo.
En el caso de Ana Julia fué sobre el teatro como arma didáctica que se puede utilizar para combatir esta lacra. Y tanto Jacobo como su elaboramos sendos ensayos.
Precisamos la ayuda de Amaia, mi profe de informática pues el ordenador no nos dejaba enviar correos.
Y yo, mientras escribía, preparaba una pizza para cenar con cerveza Alhambra y queso con membrillo de postre, así como una cuajada
La pizza quemada no estaba tan mal. Si bien quedé con ellos en invitarles otro día para hacerles una cena en condiciones.
Dudas, anhelos y aspiraciones en común me hicieron sentir como en familia.
                         Kiko Cabanillas.

23 de marzo de 2017

-El beso.

Prolongado.
Con las manos en lugares pecaminosos.
Calor y la humedad de la saliva.
Recuerdos...
El día en el que a los pies de un museo de París nos sacaron fotos mientras nos besábamos con total espontaneidad.
Los primeros besos con los que se daba pie a desenfrenados actos sexuales.
Aquellos dulces besos postcoito.
Besos de despedida en la vespa.
Besos de tornillo.
Besos rápidos y besos de protocolo.

Y también íbamos de vermús con su madre.
Y comíamos paella de la materna.

En mi casa de Pontevedra...
Dormíamos juntos ante el estupor de mi madre.
Y allí nos besábamos con fruición en la sauna.

El sudor caía por nuestros torsos y lo recogíamos con la boca sedienta.
Y ella me introducía la lengua como queriendo decir: Ésto es sólo el comienzo. Vamos al parque del Oeste. Luego pasamos a tener encuentros en mi habitación del colegio mayor.

Y un buen día los besos se secaron.
Ella se cansó de mi. A mi también me pasa: Me canso de mi.
                                 
Y cuando dejó de besarme yo lo comprendí todo: “The end”.
                          Kiko Cabanillas.

22 de marzo de 2017

-Mi lucha por Ahmad.-.

Ahmad Matar Lluvia es un inmigrante sirio al que yo doy clase de español con Ecos do Sur desde hace unos cuatro meses. Lleva medio año en Galicia tras haber huído de la guerra en su país.
En su abandono de Siria pasó por Turquía y Grecia. País éste en el que estuvo en un campo de refugiados y donde conció a Leti. En cuya casa vive acogido por sus padres.
Ahmad es un chico sensible y extremadamente inteligente. Aprendió a hablar inglés de Leticia en tan sólo unos meses. Y ya habla español con bastante corrección.
El permiso de residencia y trabajo es un objetivo a coseguir a medio-largo plazo. Por lo cual Ahmad se ve obligado a trabajar de un modo irregular -cobrando en B-.
En mi intención por ayudarle hablé con mi hermano Javier, empresario. El cual ya me ha ofrecido la posibilidad de que Ahmad trabaje con ellos pintando unos muros en sus casas de turismo rural. Aunque todavía está por confirmar.
Asimismo, hablé con mi amigo el Negro -Ferrnándo Malvar- quien además de profesor es carpintero y seguro que me puede proporcionar contactos y lugares donde Ahmad pueda ofrecerse.
Lo cierto es que tengo la esperanza de que mis amigos y familia suelen responder bastante bien en estas situaciones en las que me veo involucrado cada vez con más frecuencia.
Por otra parte, y cuando Ahmad ya tenga material para trabajar, le pediré que me instale en casa una amplia librería. Y obviamente le pagaré bien por su trabajo.
La integración en la sociedad de acogida pasa por la cuestión laboral.

“Quiero trabajar con vosotros, por lo menos hasta que la guerra acabe”, afirma un compungido Ahmad.
                                      Kiko Cabanillas.

19 de marzo de 2017

Desnudo en la playa.

Todo ocurrió aquel domingo en el que había finalizado mi libro de Poesía "El mercado de San Agustín". Tras concluir el libro leí un rato compulsivamente Poesía (Gil de Biedma y José Agustín Goytisolo), pero fue el libro de San Juan de la Cruz el que despertó mi espíritu. Bueno descabalgó, pues ya estaba despierto mientras escribía.
Entonces me asomé a la ventana del salón y vi la playa de Riazor en su amanecer.
Sin dudarlo y como teledirigido abrí la puerta de mi vivienda y en quince minutos estaba en la playa, vacía por aquél entonces.
Me desnudé, dejé la ropa desperdigada y comencé a correr.
Sentía la brisa marina. Y los primeros rayos de sol eran la antesala al nuevo día.
Iba recitando poesía -mis últimas lecturas-.
Entonces -y tras correr un rato por la orilla- me sumergí en el agua.
Salí y agradable frío se apoderó de mi.
El sonido del mar era la composición más hermosa.

Y entonces decidí irme a casa.
Pero...
Donde había dejado la ropa...

Fuí desnudo hasta el portal de mi casa. Y allí llamé por el telefonillo a una vecina-amiga.
No me oyó. Debía de estar dormida.
Tras cavilar un rato que hacer...

"¡Buenos días, soy el vecino del 16, estoy desnudo y sin llaves ¿Me podría abrir?. Verá usted, Es que estaba el mar tan hermoso. Y yo soy poeta!".

Ya en el edificio me dirigí a casa de Camino, quien esta vez si me abrió. Lo comprendió todo y tras dejarme la llave de mi casa -que tenía copia- me acompañó al arenal donde recuperamos mis pertenencias.
                                             Kiko Cabanillas.

18 de marzo de 2017

El secuestro de la Poesía.

https://www.amazon.com/dp/B06XC9QX6Z

Esta es la dirección donde podéis bajaros mi último libro de Poesía, que me ha separado temporalmente tanto de "Tustextos" como de la vida misma. Se titula "Mercado de San Agustín".
Asimismo, me encuentro en plena negociación de mi divorcio.
Temas éste que también me absorbe sobre manera.
Es realmente triste comprobar que veinte años de matrimonio y dos hijos dan paso a dinámicas en las que el vil metal es lo único importaste.
Pero bueno he recobrado hábitos de soltero. Y de hecho ando tras una mujer casada, cuyo marido sin lugar a dudas acabará apuñalándome. Lo cual será una muerte digna de un bardo amante de la Poesía.
Seréis informados adecuadamente de mi nuevo amor si prospera.
Me llena de satisfacción reincorporarme al tiempo que también lo hace Sandor, a quien tanto quise y quiero.
Hoy tengo en casa a mi hija Julia, quien ha venido a pasar el fin de semana conmigo y sobre todo con sus amigas coruñesas.

Mañana parcipo en una charla contra el Racismo de la mano de Unión de Escritores. Y más concretamente de Jacobo, buen amigo y escritor como yo.

Mis clases de español a inmigrantes van viento en popa.
Ahora voy todos los días y tengo un alumno muy especial, a quien le doy la clase en inglés.
Ahmed, sirio, quien a su vez me da clases de árabe los miércoles en el bar "Waikiki".

Me encuentro muy satisfecho de haber dejado mi colaboración en prensa de Área Central, pues así puedo dedicarme a escribir en cuerpo y alma.

Lo que no he dejado es mi colaboración con la web y el blog de la ONGD Ecos do Sur.
                        Kiko Cabanillas.