27 de agosto de 2017

Ya de todo hace veinte años.

De mi primer trabajo, de vida de casado, de mi primer hijo...
Todo va “acelerado” y no da tiempo a vivirlo.
Me acuerdo perfectamente cuando mi padre cumplió cuarenta años. Yo le regalé un bastón. Y ahora, a los cincuenta soy yo quien lo uso.
Además como consecuencia de mi accidente (con traumatismo craneal) los veinte años que le siguieron fueron como si no los hubiera vivido.
Tengo una hija mayor de edad. Y un hijo con trece años.

Me estoy divorciando. Y me voy a quedar sólo y viejo.
Pues me niego a ir a pescar a las discotecas para ver si alguna mujer se apiada de mí.

Pero,¡alto ahí!, que estoy con Kiko. Su cocina, sus libros, sus inmigrantes, sus relatos cortos y poesía...Y voy a comenzar a viajar sólo como antaño.
Y sabéis lo que os digo, no necesito más.

Los inmigrantes irregulares son mi familia.
Además con la pensión que cobro por discapacidad absoluta me llega de sobra. Mantengo a mis hijos en Madrid. Y le tengo que abonar a mi ex-mujer...
Una barbaridad. La mitad de lo que tengo.
Pero mira, que haga buen uso de ello y que lo disfrute.
A mi me llega con lo que me queda.

Además le voy a comprar su primer coche a mi hija.

Y...

No tengo gastos importantes. Compro la comida en el Carrefour. Y leo de la Biblioteca Municipal de Los Rosales. Algún cine, lo único.

Y sigo escribiendo. Ahora estoy con un libro de periodismo: “Doce árabes en A Coruña”.
No puedo renunciar a mi profesión.
Alterno la literatura -relatos cortos, sobre todo- con el periodismo.
Y es que éste es mucho más que una profesión. Es un modo de vida.

Y eso, que ya de todo hace veinte años.
Y no se repite.


Kiko Cabanillas.

21 de agosto de 2017

Mi vida en Marruecos.

En Septiembre comenzaron mis clases de árabe en la Escuela Oficial de Idiomas de A Coruña.
Desde el primer momento -en que saludé en árabe a la profesora- Tere y yo nos caímos de maravilla.
Yo estaba en el nivel más básico del idioma, pero no era de principiante pues llevaba unos meses estudiando por mi cuenta.

Eramos cuatro en clase. Dos españoles y dos belgas.

Tere se servía de un vídeo para las clases...A pesar de su nombre español -padres gallegos- Tere había nacido en Agadir. Asimismo utilizaba mucho un casete donde nos enseñaba las distintas pronunciaciones.

Mi relación con Tere se fue intensificando: Íbamos juntos a tomar cerveza...

Pero alcanzó su punto culminante cuando acepté viajar a Marruecos en verano con ella y con otros dos estudiantes -los belgas-. Éstos se fueron en quince días, por lo cual me quedé con Tere a solas en Uarzazate y luego en el desierto, en una cabaña bereber.

Nuestra relación comenzaría un día que decidimos dar un paseo por el desierto.

Nos fuimos desnudando a medida que avanzamos.

Finalmente...Miradas seductoras de ella...De complacencia por mi parte...

Y nos fundimos en el arenal.

Pasamos a dormir juntos.

También fuimos a Agadir a visitar a su familia, a quien fui presentado como su marido, para compartir cama.
Ya a la vuelta seguimos con las clases de árabe. Y los recuerdos.

Ahora vivo con Tere y hablo con ella en árabe.

Y siempre que podemos regresamos a Uarzazate y al desierto.
                             Kiko Cabanillas.

6 de agosto de 2017

Kiko a la mar con todos sus fantasmas.

El jueves me llamó mi sobrina Paula para decirme que estaba invitado -con mi hija Julia si quería- a un paseo en barco a la isla de Sálvora el próximo domingo -que es hoy-.
Me vino muy bien porque estaba realmente bajo de ánimo debido a un régimen que comencé hace una semana -con el que perdí tres kilos, de un total de 126-.
Hoy me saltaré el régimen moderadamente, pues hay marisco y empanada de comer.
Además el aire marino me abre un apetito inacabable.
Finalmente Julia no puede venir.
Esta excursión se contextualiza en un ambiente de total desastre informático en casa: Me han cambiado el “router” y los portátiles no cogen la señal. Tres visitas me hizo el técnico a casa. Consiguió la señal en el ordenador de sobremesa y en el móvil. Pero no en los portátiles.
No podré por lo tanto escribir desde el piso de abajo de mi dúplex.
Además tengo que meter la clave nueva, para lo cual necesito la ayuda de Amaia -mi profe de informática-.
Por lo demás todo bien. Ya he repartido mi nuevo libro; “Underwood”.
Es -según mi propio criterio y el de mi primo Kikón- lo mejor que he escrito hasta el momento.
Marcho a ritmos agigantados hacia la poesía pura.
Me sigue interesando lo social, pero es justo esa capacidad de desconexión lo que más me interesa de la lírica.

Este libro ha sido elegido libro del mes por la Unión de Escritores de España. Lo cual indudablemente me ayudará a venderlo mejor.
                                     Kiko Cabanillas.