23 de junio de 2018

-El descanso del guerrero.

Acabo de terminar de redactar”Santi lucha Santi” y por fin he puesto fin a mi psicótico horario de escribir: Me acuesto a las nueve y media y me levanto a las tres de la mañana. Hora esta idónea para escribir después de ingerir un café cargado.
Llevando este horario escribo muy concentrado y creativo, pero el resto del día estoy atontado.
Innumerables son mis despistes, anárquicas son mis comidas y abundante el café y el alcohol. Sólo leo poesía.

Y cuando acabo de redactar, como ahora, entro en lo que yo llamo “El descanso del guerrero”. Donde retomo mis lecturas compulsivas, duermo más. Y me dejo acompañar también por el alcohol -whisky y aguardiente, alguna cerveza. Así como el vermú con ginebra de Modesto.
Para más inri tengo dentro de tres días la presentación de “Raptos místicos” y “50 inmigrantes” en la Biblioteca Municipal Los Rosales”. Me ha hecho prometerle una bibliotecaria que no la piropearía durante el acto. Y yo le he prometido que lo intentaría.
Pero...¡Son tan hermosos sus ojos!. Y...¡Me gustan tan poco las presentaciones!.

                          Kiko Cabanillas.

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