Por fin no me dejan quedarme sólo en
Navidades.
Lo tenía todo montado: Compraría un
Sargo en el mercado y una botella de wisky en el Carrefour.
Charlaría por teléfono con mi primo
Kikón y con su mujer Vicky.
Así me vengaría del orgasmo
capitalista navideño.
Escribiría sin duda alguna y leería
una antología poética de Luis María Ansón. Llevaría de regalo pendientes comprados a mi profe de gallego.
Pero no me dejaron.
Pasaré Nochebuena y Navidad en Lamas,
en casa de mi padre. Y fin de año en San Vento, en casa de mi
hermano Javier.
Además en Reyes iré a Madrid, pues mi
familia política celebra mucho el día de Reyes. Y yo quiero ir con
Santi a la cabalgata.
Y seguirán los inmigrantes disfrazados
de Papá Noel. Y seguiremos haciendo dispendio con regalos inutiles,
que gustan diez minutos. Excesos de comida y bebida.
En fin por los más pequeños.
Porque...Los Reyes vendrán y sus
camellos se beberán el agua que le hemos dejado.
Habrán traído aquello que pidieron en
la carta.
Pero algún año lo lograré: Me
quedaré sólo...Mi ex.mujer me dice que sólo se quedan solos
aquellos que no tienen con quien estar. Y yo le replico: Y yo y toda
la gente a quien no nos gusta la Navidad.
Kiko Cabanillas.
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