Aquel día al pie
de mi “Underwood” yo soñé que era mujer.
El cambio se había
efectuado de la noche al día. Pero todo el mundo me trataba como si
siempre hubiera sido hembra.
Me vino a buscar
mi amiga Luz, a quien yo conocía muy bien pero desde mi perspectiva
de varón.
“Esta noche
follamos”, me dijo Luz.
Así es que fuimos
a una discoteca y nos pusimos moradas a copas.
No pasó mucho
tiempo sin que nos entraran un grupo de varones.
Algo que llamó
mucho mi atención es que en mi armario toda la ropa que había era
de mujer.
Así es que allí
estaba yo: Escotada y feliz.
Bailamos mucho.
Y ya formadas las
parejas: Yo con Eduardo y Luz con Carlos.
Salimos y Carlos
propuso que fuésemos a su casa a hacer una cama redonda.
Así hicimos:
Felaciones, sexo anal, cunilingus..
Algo que llamaría
poderosamente mi atención es que en el caos reinante yo aproveche
para mantener relaciones con mi amiga Luz.
Hasta tal punto le
gustó a Luz la experiencia que desde ese día fuimos amantes.
Si bien es cierto que yo mi nueva condición sexual era como si no
la pudieras mantener en secreto. Y por lo tanto era muy promiscua.
Y así fue como
desperté aquel día con mi mujer a mi vera.
Y después de
haber fantaseado que yo era mujer.
Yo era realmente
muy femenino, pero jamás tuve el más mínimo sentido travesti.
Eso sí la experiencia me había excitado sobremanera
El relato parido
por mi máquina gustó mucho a la concurrencia.
Hubo quien me
pidió más sueños,
pues eran
conscientes que no cabían segundas partes.
Sin embargo si
cabrían segundas partes pues yo,
dada la
gratificante experiencia,
me convertí en
homosexual muy activo.
No tuve una pareja
sino muchas,
Y mi mujer acabó
separándose de mí.
Marchó a Madrid
con los niños
Y yo me quedé
sólo e hiperexcitado
en una coruña que
acogió con los brazos abiertos
mi homosexualidad.
Kiko Cabanillas.
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