Si bien el gimnasio no me cuesta
trabajo, el correr me resulta dificultoso por presentar problemas de
equilibrio. Aún así tira “pá alante”.
De siempre ha sido mi deporte favorito.
Y el más practicado.
Recuerdo mis carreras por Parque del
Oeste madrileño, por la Casa de Campo y por la Ciudad Universitaria.
Ya en La Coruña, y ya minusválido, el
Paseo Marítimo me sirvió de pista de entrenamiento.
Y hoy, correré por el Paseo Marítimo,
desde Los Rosales hasta el Portiño.
Lo único que me da miedo es que es una
zona muy poco concurrida y por lo tanto ante una caída no tendría
quien me ayudase.
También tengo en mente subir corriendo
otro día hasta el Monte de San Pedro, donde realizaría ejercicios
de equilibrio en un parque infantil que se presta muy bien a tal
cometido.
El caso es empezar a correr. Si bien ya
lo había intentado antes, lo tuve que dejar pues temía caerme en
todo momento.
Ya está todo preparado: Ropa,
zapatillas, llaves...
Así pues me encomendaré a Odín y
saldré a competir conmigo mismo.
Como ya dije tengo tres años para
prepararme.
Voy tres días al gimnasio, uno de
ellos con Nando a rehabilitación. Y espero correr dos días a la
semana. En tres años estaré listo para trabajar de corresponsal de
guerra.
Y si por fin desisto por no verme lo
suficientemente preparado físicamente o por no querer dejar a mis
inmigrantes, habré ganado mucho fisicamente.
El caso es que mañana mismo me iría a
Alepo.
Kiko Cabanillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario