El presidente
turco Recep Tayyip Erdogán necesitaba desesperadamente Internet para
informar de que seguía vivo y en libertad, y para movilizar a la
población contra los golpistas del 16 de Julio de 2016.
Para ello se valió
de un mensaje de vídeo grabado en su iPhone y trasmitido por Face
Time, así como de Twitter y Whats App.
Asimismo, 50.000
personas fueron detenidas o expulsadas de sus trabajos en sólo tres
días.
Quedó
definitivamente descartada la hipótesis de que fue un autogolpe como
lo demuestran el nerviosismo y la descoordinación patentes.
Erdogán y los
suyos llamaron a la población a salir a la calle a detener el golpe
y a abandonar las plazas puesto que “el peligro aún no ha pasado”.
Tras fracasar el
golpe se llevó a cabo una purga, que comenzó con los partidarios de
Gülen, a cuyo alrededor creció la cofradía islámica de Turquía,
a la que llaman Hizmet.
La oposición
contra esta versión musulmana similar al Opus Dei nació cuando
Gülen criticó la represión contra los manifestantes de Gezi, que
se habían levantado contra Erdogán.
Finalmente se
decretó el Estado de Emergencia, que permite hacer registros sin
autorización previa, prohibir o censurar publicaciones de prensa,
radio o televisión y actos culturales como teatro o cine.
Desde el 29 de
octubre de 1993 Turquía es una República Representativa y
demócratica. El pueblo elige a los 400 representantes de la Gran
Asamblea Nacional. Y el presidente de la República, Erdogán, es el
jefe de Estado durante siete años.
El poder ejecutivo
está en manos del Presidente. Y el legislativo en la Gran Asamblea
Nacional.
Es un estado laico
de mayoría musulmana eminentemente agrícola.
Kiko Cabanillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario