Ayer hablé con Juan Carlos Martínez,
de la sección de Opinión de La Voz de Galicia. Enviados ya hace
diez días los artículos de la Venezuela de Maduro y el de la
Turquía de Erdogán.
Y la espera me reconcome.
Me levanté temprano, a las cinco, y
cuando me dirigía a la sala del ordenador, observé aterrorizado que
había alguien escribiendo en mi teclado.
Entré y le dije “¿Que hace usted
aquí?”.
A lo que él me respondió: “Erdogán
estará aquí en breves momentos”.
Quien me hablaba era Maduro, tal como
deduje en seguida.
Y en esto llamaron a la puerta: Era el
líder turco, quien dijo en inglés; “Prohibido hablar de política:
Quiero probar la famosa queimada. ¿Será posible?”.
Por suerte me quedaban dos botella de
queimada. Pero eran las cinco y media de la mañana y aún no había
desayunado. Así es que decidí preparar un desayuno fuerte y allí
en el medio la queimada.
Maduro dijo, tras quejarse de la poca
acogida que tiene en su pueblo, que a éste le encantaría la bebida
hecha con aguardiente quemado.
Tanto Erdogán como Maduro se picaron a
ver quien bebía más. Y ambos acabaron claramente borrachos.
“Me han dicho que has usado mucho
Internet para controlar a tu pueblo”, le dijo Maduro a Erdogán.
“Así es, y parece que con muy buen
resultado”, contestó Erdogán.
Acto seguido les pregunté cuanto iban
a estar en A Coruña. Y al contestarme que dos días les propuse que
uno de ellos lo invirtieran en ir a Santiago de Compostela donde
además de la catedral y los vinos de la zona antigua tenían un
maravilloso Museo de Arte Contempóraneo. Y otro también fascinante
también en A Coruña.
Fui un momento al baño y al salir ya
no estaban.
Kiko Cabanillas.
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