12 de mayo de 2016

El duende de Facebook.

A mediados de mayo se iba mi profe Amaia de vacaciones una semana. Lo cual me venía francamente mal, porque el lunes estaba citado con una trabajadora del compostelano centro comercial Área Central para comenzar a trabajar con ellos.
La entrevista de trabajo consistiría en una charla con Marga en las que me indicó que lo que más falta hacía era una persona que siguiese el “Facebook”, subiendo noticias del centro, así como fotos y vídeos. Me dieron la dirección y el usuario: Y mi trabajo comenzó.
Lo primero que hice desde casa fue seguir los textos del “Facebook” y consultar a mi padre -presidente- y a mi hermano -director- sobre las posibles respuestas que debía subir.
El desastre comenzó cuando intenté subir fotos de ambiente que había hecho en el centro un domingo. Lo intenté y no fui capaz. Amaia me has traicionado.
Repasé mis apuntes una y otra vez. Pero nada.
Y cuando ya estaba rozando la desesperación, cuando regresaba de servirme un café...
Era verde y tenía un gorrito con un pompón. Su camiseta rezaba: “Facebook”.
Entré en el despacho y le pregunté: “¿Qué haces aquí?. ¿Por dónde has entrado?”.
Me dijo que era un duende que venía a ayudarme con el “Facebook” y que había entrado vía “mail”.
Así es que sin hacer más preguntas me limité a explicarle que quería subir una foto y un vídeo. Si podía ayudarme.
Asintió y explicándome cada paso hizo todo lo que yo no había podido hacer.
Una vez hubo finalizado me dijo que si quería más su ayuda me podía llamar en el “mail” que me dio a continuación.
Me había sacado del apuro y todo fue viento en popa en mi nuevo trabajo. En el que destaqué por unas fotos que había hecho a un niño mirando un escaparate de una tienda de juguetes.
Seguí además las redes sociales y participé en las mismas.
Aún así no dejé mi trabajo con inmigrantes en la ONG Ecos do Sur. Pues había tiempo para todo ya que estaba a media hora de Santiago en tren y sobre todo porque trabajaba desde casa.
                                                               Kiko Cabanillas.


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