Carlos mi entrenador personal, de la
Casa del Agua coruñesa, me recomendó autoritariamente que debía
comprar otras zapatillas porque las mías estaban muy viejas y dadas
de sí, con lo cual mis fallos de motricidad se acentuaban. Me dijo
que preguntara por Carlos.
Así es que el jueves que no podía ir
a Santiago a trabajar en la empresa familiar porque Chemi -mi
hermano- tenía médicos, me dirigí a la tienda de atletismo
“Runners”.
Fui estupendamente atendido, aunque
Carlos estaba de vacaciones.
Después de explicarle que tengo fallos
de movilidad por un traumatismo craneal sufrido hace ya veinte años.
Y que por lo tanto necesitaba unas zapatillas que fueran muy
estables...
“De todos modos si te manda Nando te
daré unas “Fly-Stop”, que son para clientes muy especiales.
Te parecerá una tontería pero estas
zapatillas, que vienen del Amazonas, tienen unas instrucciones muy
sencillas: Cuando quieras apurar sin cansarte diles: “Fly” Y para
detenerse: “Stop”.
Pruébalas en casa antes de venir al
gimnasio. Y si usas plantillas, porque ya veo que tienes los pies
planos, no dejes de colocárselas.
Entre risas abandoné la tienda y me
dirigí a casa. Sólo llegar me puse las zapatillas, al pie de las
escaleras de mi duplex. Entre risas dije: “Fly”. Y justo entonces
mis piernas se movieron como por arte de magia. Al llegar arriba
dijé: “Stop” y recuperé mi estado normal.
A partir de ese día anduve muchísimo,
siempre ayudado por el nuevo invento locomotor.
Iba a María Pita a comer. Me recorría
el paseo marítimo completo. Y no estaba ni mínimamente cansado.
Ese lunes tenía clase con Nando y le
dije: “He disfrutado mucho de las nuevas zapatillas, pero no creo
que sean lo que yo necesito. Yo tengo que esforzarme para
recuperarme. Y ésto es justo lo contrario”.
“En fin, tienes razón. Sólo quería
que las probases para recordar como se anda sin problemas. Era algo
muy temporal para que te animases en la rehabilitación”, me dijo
Nando.
“De todo modos quedátelas y úsalas
ocasionalmente, cuando estés muy machacado en ocasiones de especial
debilidad”.
Así lo haré, gracias.
Kiko Cabanillas.
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