Hace ya más de veinte años que soy
profesor de español para inmigrantes.
Comencé con Sor Elvira: Monja de
Cáritas que trabaja con el citado colectivo desde el concello
pontevedrés de Marín.
Ella me facilitaba libros de primaria
que yo usaba de libros de texto.
Al trasladarme a vivir a A Coruña
quise dar continuidad a mi trabajo y así descubrí la ONG Ecos do
Sur. Donde tan bien me fue -no sólo fui profesor sino también
trabajé como periodista- que ejercí de presidente durante cuatro
años. Pero continué en todo momento como maestro de español.
Comenzamos dando clase en la Glorieta
de la Paz para pasar a continuación a un local sito en una paralela
a Ronda de Outeiro, a la altura de Sagrada Familia.
Yo a mis alumnos más avanzados les
hacía leer poesía en clase. Y asímismo trabajaba con ellos la
empatía y el apoyo picológico.
Todos los días en clase leemos los
titulares de La Voz de Galicia, lo cual nos da pié a nuevo
vocabulario y también sirve para que estén al día de todo lo que
ocurre.
Mis alumnos son del nivel avanzado. Y
algunos provienen de antiguas colonias inglesas por lo cual hablan
correctamente inglés -por lo que les doy la clase en inglés- o
portugués -de Cabo Verde-. También hablo potugués, que aprendí
con mi novia brasileira.
Por otra parte, les hago leer cuentos
infantiles y lecciones sencillas de gramática.
Uno de los alumnos más asiduos -le di
clase durante tres años- era Joao, de Cabo Verde, quien actualmente
trabaja de marinero.
Hoy mismo cuando acabe de redactar este
texto voy a darle clase a George, africano que domina el inglés y a
quien le doy la clase en este idioma. Todo ello si se encuentra bien
de la malaria que padece y que en ocasiones le dificulta el
aprendizaje.
Pero lo que quiero dejar más claro es
que soy yo el más retribuído por estas enseñanzas. Pues aunque no
cobre son muchas las gratificaciones que tengo. Hace dos años, sin
ir más lejos, se me presentó Joao con un taper de “Cachupa
caboverdiana”, manjar típico de su país cocinado con “feijons”,
especie de judias pintas y con carne de cerdo.
Joao... ¡Te quiero!.
Kiko Cabanillas.
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