22 de diciembre de 2015

-Vuelta al siglo XIX en El tren-

                    Me marchaba a Madrid por Navidades, así es que tomé el tren a las 15.30 en la estación                                             de A Coruña.
El vagón iba medianamente lleno, sobre todo de familias con padres de mediana edad. Había también alguna mujer mayor, muy bien acicalada. Y también un caballero que se negaba a apagar la pipa desoyendo las órdenes de su mujer.
“¿Verdad que aquí no se puede fumar?”, le preguntó la señora al revisor.
“No, no se puede, apague la pipa por favor”, contestó la autoridad.
Iba asimismo un grupo de jovencitas a cual más mona.

Entonces fue cuando llegamos a un tunel.
El tren se introdujo en el mismo...

Y al salir. No lo podía creer: Mis compañeros de vagón habían sufrido una total metamorfosis: Insinuados corsés. Las señoras peinadas con el pelo recogido en moños altos con grandes volúmenes. Féminas con una palidez natural. Acicaladas como cupletistas. Algún que otro “abrigo de ópera”. Faldas dejando al descubierto los tobillos.
Y allá en el fondo estaba “la vampiresa” de labios rojos, vaselina en los párpados y sombras oscuras.
Las espaldas tenían un punto erótico con sus grandes escotes.
Aunque muchas vestían desenfadadamente con blusa y falda.

Desde que salimos del tunel todoas/as se fijaron en mi con mucha extrañeza.
Pero no se atrevían a dirigirme la palabra.
Mis Nike deportivas y mi sudadera eran para ellos como ropa de marciano.
Pronto las oí hablar: En español, pero utilizando unos giros y palabras como de otra época. Que tontería eran de otra época.
El señor de magníficos bigotes iba leyendo un periódico: "El Debate", con un formato completamente obsoleto, anticuado e incómodo.

Y en esto llegamos a otro tunel. Nos sumergimos en él.
Y al salir...

Todo volvía a ser normal: Siglo XXI.
Deportivas, sudaderas, cazadoras, gritos y bocatas. En fin.
Llegué a mi destino y se lo conté a mi mujer, quien obviamente no me creyó, “No debes leer y escribir tanto”, me espetó. Desde ese día siento una pasión desenfrenada por los túneles.                 por kikovacanillas

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