1 de diciembre de 2015

-Navidades con Santi en Madrid-

Es un egocéntrico: Le doy gusanitos para los peces del lago del Retiro.
                                  Les entrega dos y se come ocho.
Bueno, por fín. El día 21 de diciembre me cojo el tren A Coruña-Madrid y me voy a un hotel cerca de la casa de mi ex-familia política. “Promoción Poética de los Cincuenta” en la bolsa y alguna novela, que luego serán tres libros de poesía y dos de narrativa. Y eso que mi suegro y su familia siempre me regalan libros en Navidad, porque saben que así no fallan.

Veré a mi hija Julia que empezó a estudiar Derecho y está muy autónoma y disfrutando mucho del piso que tiene con unas amigas

Las fiestas navideñas siempre me han deprimido enormemente. Quizás por provenir de una familia desestructurada: Padres separados, con el tiempo.
A mi es que me jode eso de tener que ser feliz en unas fechas concretas.
Recuerdo con ternura unas Navidades que me pasé en la Puerta del Sol bebiendo con unos quintos andaluces.

Yo en Navidad me dediqué a viajar: Estuve en Alemania con mi novia brasileña. Con la que aprendí palabras guarras en portugués.

Luego pretendo ver en Madrid a Keka, antigua compañera de mi ONG Ecos do Sur, a quien me declaré como veinte o treinta veces.
Acaba de tener un hijo. Y me ha dicho que a ella también le apetece verme.

Aunque sea para hablar de pañales iré encantado. El restaurante: “Méjico Lindo” donde procuraré actuar sobre su lívido dándole cientos de margaritas.
Ahora en serio es un encanto y me apetece mucho verla.

Como siempre que voy a Madrid veré a mi primo-hermano Kikón -profe de Derecho-, al que le propuse emborrachar a mi hija Julia para hacerla hablar de Madrid: Carrera, amigos, novios, música, teatros, museos...”Pobrecita”, dijo.
Y también veré a su mujer: mi novia: Vicky y a su hija magistrado: Amaya.

El tren me gusta mucho, aunque era mejor cuando viajaba en segunda con una empanada de vieiras.

A Enrique (Kikón) le llevaré algo de comer: Marisco, y vino. Si no no me deja pasar.

Lo que más me cuesta es tener que compartir mi existencia con seres ajenos a mi: ex-familia política, debido a que si ya lo era, ahora mucho más: Asocial, aunque no se me note, porque soy de natural simpático. En fín...
Y, como siempre, diré que lo que más me duele de la capital es ver a tanto inmigrante mendigando vestido de Papá Noel. Ellos lo han comprendido todo: “Businees Cristmas”.

No hay comentarios:

Publicar un comentario