3 de diciembre de 2015

-”Mismidad” en puente-

Este puente lo iniciaré con un desayuno con galletas de fibra y bizcocho. Leeré en Internet la prensa (La Voz de Galicia, El País, La Opinión y El Mundo) y acto seguido recibiré a Ana: Mi profesora de Gallego, quien me traerá libros en la lengua de Rosalía, sólo el sábado.

Según acabo mis clases, sobre las 12.00 horas, me dirijo al gimnasio, donde hago pesas y bicicleta hasta la una aprox..Luego me dirijo a casa -pasando si es necesario por el ultramarinos- y cocino algo sencillo: Pasta o verdura. Como y reposo viendo los telediarios (La cuatro, Telecinco, La Gallega y La Uno).

Por la tarde suelo ir al cine, aunque echando mucho de menos las pelis en Versión Original de Madrid. Si no hay nada bueno me doy un paseo largo.
Por la tarde escribo.
Y sueño...
Hablo con Kiko: Mismidad. Comunión espiritual.

Dedico también una hora a hablar por teléfono con gente querida: Mis primos, mi padre y mis hermanos.

Además estoy esperando la llamada de Keka que me ha prometido una cena cuando nos veamos. Bueno la he obligado. Vive en Madrid, pero es gallega.

También es posible que algún día del puente me vaya a Santiago a ver a mi padre e incluso es posible que me quede a dormir.

Desde que estoy separado adoro mi intimidad y mi soledad. Hay realmente poca gente que eche de menos. Soy un cocón asocial. Ya lo era, pero es que soy simpático y suelo quedar bien. Pero eso ya poco importa.

Me olvidaba de mis conversaciones con José: El portero; y con Modesto, el propietario del bar del barrio con la mejor tortilla de A Coruña.

Este será mi puente de diciembre, fecha próxima a la desmesura navideña, que aborrezco hasta la médula. En fin...Os invito a que cada uno de vosotros sea su propio invitado este puente y que os améis intensamente, pues el amor del prójimo no siempre es factible. Y es claramente mejorable -con el propio-.

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