Estaba yo
iniciando el día armado con mi “Underwood”.
Cuando de repente
se acercó una pareja de homosexuales.
“Haznos
una Poesía”, rogaron.
“Homosexualidad”.
Sexualidad
“outsider”.
Amor.
Sentirse penetrado
y penetrar.
Preliminares.
Amor.
Concupiscencia
Les gustó mucho.
Tanto que volvieron todas las semanas.
Y fue Ernesto el
que me propuso tener relaciones sexuales.
“Yo
soy hetero”, dije.
Todos somos
bisexuales...
“Deja
pasar un tiempo”, le rogué.
Ciertamente estaba
planteándome tener relaciones homosexuales.
Todo tomó forma
el día en que Tomas me trajo a dos amigas lesbianas. Encantadoras.
Sin pensármelo
dos veces le propuse a Ernesto una cama redonda en mi duplex, que
estaba allí cerca.
Ernesto, Tomas,
Elvira y Teresa estuvieron de acuerdo. Así que nos dirigimos a mi
piso.
En el ascensor se
morreaban las mujeres. Y Ernesto y Tomas.
Al estar en el
interior del piso...Las mujeres ya habían descubierto sus pechos.
Ernesto dejó un
momento a Tomas y me quitó los pantalones. Fue una felación
fantástica. Acto seguido me puso vaselina y me penetró.
La sensación de
ser poseído era auténtica.
Cuando hubimos
tenido un orgasmo cada uno, nos aproximamos a Elvira y Teresa.
Y dobles
penetraciones...
Sexo oral.
Cuando estuvimos
todos plenamente satisfechos nos dimos una ducha en grupo.
No por ello
aparcando el sexo.
Esta experiencia
sería la primera de una serie de encuentros. Si bien mi relación
con Ernesto siguió produciéndose a solas.
Elvira y Teresa.
Ernesto y Tomas.
Kiko Cabanillas.
Kiko Cabanillas.
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