“Bonita en árabe”.
Y “Yamil” bonito, como dijo Hasman
de mis máquinas de escribir antiguas.
“¿Funcionan?”, preguntó Leti.
“Si pero para qué. Es mejor escribir
en el computer. ¿No?”.
“Sí son mera decoración”.
“Odón, Fam”, palabras árabes
que han pasado a formar parte de mi registro léxico.
Y un día que salí a la calle ya de
mañana, cuando me dí cuenta todo el mundo me estaba hablando en
árabe. Y lo que era más: Yo les contestaba con absoluta normalidad.
“¿Pero no estamos en A Coruña?”,
le pregunté al portero.
“Kiko que has fumado, me rebatió
Jose.
“Estamos en Tánger”.
“Desde hace más de veinte años
vives aquí con tu mujer y tus dos hijos”.
“Ya te había advertido que durante
el ayuno del Ramadán no se debe fumar hachís, pues te arriesgas a
que te pasen cosas como la que te está pasando a tí.
Volví a casa -acompañado por el
portero-. Me tumbé en un sofá. Y una hermosa mujer me anunció que
la Jarira estaría lista en breve para romper el ayuno.
Y me suplicó que dejase de fumar
hachís si no quería perder del todo el juicio.
Y es que el portero -Jose, pues era
español- le había contado a Anna mi descontrol y le había pedido
que no me dejase salir en Ramadán.
Volví a mi casa de A Coruña con
Hasman y Leti, quiene no quisieron tomar una copa.
Así es que cuando se fueron saboreé
un wiskie al tiempo que rememoraba mi viaje a Tánger.
Kiko Cabanillas.
http://mascronica.es/los-faraones-cansados =)
ResponderEliminar