Era la paz. Estirado en el fondo de la
orilla.
Esperando..
...Que alguien me pise para inocularle
mi veneno.
En eso se basaba mi existencia.
Y después de picar yo moriría.
Morir por causar un daño.
Que propuesta existencial más
interesante.
Mientras esperábamos toda la familia
allí tumbados.
Había todo tipo de fanecas: Poetas,
Filósofas, Políticas...
Yo personalmente me decantaba por la
Poesía.
Quien sabe si en otra vida no fui un
creador lírico.
Lo que estaba claro es que todos
vivíamos varias vidas.
Y que ésta: La vida de faneca, era un
castigo.
Pero por qué no podía recordar quien
había sido y qué había hecho.
Y justo en ese momento mis divagaciones
se interrumpieron porque una señora gorda se introducía en la
orilla. Y ¡Oh!, me pisaba.
Veneno, veneno...Muerte y destrucción.
Kiko Cabanillas.
Kiko Cabanillas.
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