28 de julio de 2016

-Virus Z-

Mi trabajo en el centro comercial Área Central consistía en llevar al día el Facebook, donde tenía que subir una media de dos publicidades diarias -con fotos del establecimiento-. Mi jefa inmediata era Isa, quien me daba en ocasiones las noticias. Y me supervisaba sobre todo el gallego, pues iban en este idioma todas las publicaciones..
Llegó el verano y tenía que coger mis vacaciones en septiembre-octubre, pues operaban a mi hijo en Madrid y quería estar con él. En cambio Isa las cogió del 20 de Julio al 1 de Agosto. Tenía pues jefa nueva: Eva.
Todo fue de maravilla. Sustituyó a Isa con total eficacia.
Pero un día, entre risas, me dijo: “Hoy vamos a hacer un Z”.
“¿Un qué?.
“No te preocupes. Es muy divertido”, contestó.
“Vamos a equiparnos”, dijo.
Y fuimos a un cuarto cerrado con llave donde cogimos cada cual una especie de mochilas con unos depósitos de líquido rosa en su interior. Presentaban una goma -que salía del bidón- y una palanca para accionar.
“Vamos a la entrada y tú sigues mis instrucciones”, señaló Eva.
“Antes de que me olvide -destacó mi nueva jefa- debemos tomar estas pastillas para inmunizarnos del contenido de los bidones”.
Y así fue como empezamos a esparcir el rosado fluido por la entrada.
Fue algo increible: Todas las personas que respiraron el líquido gaseoso entraban a comprar al centro comercial. Cuando llevábamos poco menos de media hora se había formado una verdadera cola a la entrada.
“Eva por dios explica todo esto”, señalé.
“Pues bien Kiko, nuestro equipo se ha desplazado a la Amazonia y allí se ha hecho con el virus Z, que respirado impele a comprar de un modo inmediato. Luego sus efectos pasan y no deja muestras de ningún tipo.
Realmente mi nuevo trabajo era mucho más divertido de lo que me imaginaba.

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