25 de enero de 2016

-En la cárcel de nuevo-

Por tráfico de drogas y resistencia a la autoridad con uso de fuerza, y teniendo en cuenta su reincidencia, dos años y medio de prisión a cumplir en la cárcel coruñesa de Monterroso.
Mis amigos me defenderán y me cuidarán...
Ya han apagado la luz.
Es la hora de la meditación.
Somos cuatro en mi celda.
Y uno ya me ha propuesto tener relaciones homosexuales.
Por lo que puedo adivinar: Otro le ha dicho que sí. Gemidos y mas gemidos.
Ya en silencio pienso.
¡Estoy hasta los “güevos” de los maricones. Deberían tenerlos aparte y juntos, así se podrían sodomizar hasta la extenuación.

Bueno...¿Hubo chivatazo o fué casual que viniera una grillera a detenernos?.
Cierto es que si te chivas te reducen la pena, pero...
Hay que ser “ijoputa” para hacerlo. Y además te la juegas. Yo no querría vivir en una cárcel siendo un chivato. Son los apestados.

Y a María que le voy a decir. Otra vez...
Los niños ya son mayores para darse cuenta de todo. Menos el Tommy que no se da cuenta de nada porque está enganchado a la heroína. Bueno si se da cuenta porque cuando por fin vuelvo a casa me ha vendido todo lo vendible. Y a su madre le falta carácter para darle un par de "yoyas".

La primera noche que me encierran nuca duermo.
Pensar y pensar, hasta llegar a la obsesión.

¿Arrepentimiento?. De qué lo único de lo que me arrepiento es de que me hayan detenido.
Claro que al educador no le voy a decir eso.
Además no quiero llevarme mal con el porque me deja libros de la biblioteca de prisión que son realmente interesantes.
Él me insiste en que estudie una carrera. Y yo pienso: Claro si no fuera delincuente: Dedicación absoluta.

Ya suena la campanas para el desayuno. De nuevo esa mierda de café, que me da una terrible acidez.
                                    Kiko Cabanillas.

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