11 de enero de 2016

-Ducha callejera Ricor-

   Con la edad me había convertido en un millonario excéntrico: Mi última creación: Instalar en el barrio de Los Rosales duchas callejeras donde pudieran asearse mendigos y demás “sin techo”.
Las obras corrieron a cargo de la empresa Ricor, que dado el fin humanístico de la empresa sólo me cobró el material.
Estuvimos publicitando esta iniciativa, así que cuando llegó el día del estreno cientos de personas estaban esperando su turno.
Entraban por una puerta que daba acceso a una cabina donde se quitaban la ropa, se les entregaba un champú y una pastilla de jabón, así como toalla, y procedían a la ducha colectiva en una habitación que recordaba a la de las cárceles o gimnasios.
Todo transcurrió con normalidad excepto varias peleas entre borrachos. Pues muchos de ellos eran alcohólicos.
La primera semana fue todo de maravilla. Pero en seguida surgieron los problemas de integración.
El barrio se degradaba a ritmo creciente con el nuevo sistema de aseo. Y las casas se devaluaban.
Además surgieron peleas y atracos en la zona.
Los vecinos acudieron a los medios de comunicación y al Ayuntamiento.
Pero éstos no se lo tomaron en serio hasta el día en que apareció el cadáver de Fredy en el interior de las duchas, con varios golpes de por sí mortales y con una navaja clavada en el hígado.
El alcalde y el Concejal de Asuntos Sociais prometieron ayuda, que nunca dieron.
Y...¿Cómo se solucionó todo?.
Pues bien. Un buen día, estando las duchas a plano funcionamiento, salía de las mismas un indigente todo sucio y apestando, gritaba: ¡Sale mierda!.
La escena se repitió con todos y cada uno de los usuarios.
Y así fue como dejaron de usarse las duchas que tras su abandono fueron desmontadas y usadas en las playas aledañas a la ciudad.
Y ahora diré quien fue el promotor de la idea de que las duchas emitiesen heces líquidas: Pues bien, fui yo: El mismo que había promovido y financiado la construcción de las mismas. 
Más...

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