18 de noviembre de 2015

-Bricor. Atrapado-

              Me acompañaron mi hermano Javier y mi padre -del mismo nombre- al centro comercial “Espacio Coruña” a comprar una ducha, con la que pensaba sustituir la bañera, que por mi minusvalía me resultaba incómoda para ducharme.
Nos atendió la encantadora Antía, quien nos recomendó un suelo antideslizante, que compramos sin duda alguna. Como estaban muy liados de pedidos tardarían dos meses en instalarla.
El precio era elevado -250 euros mensuales, durante un año- pero me lo podía permitir. Y mi padre me pagaba la mitad.
Así es que un buen día, por la fecha acordada llegaron dos obreros a casa. Y en tres días -con trabajos previos de albañilería para retirar la bañera- me instalaron la ducha. Al cabo de dos días vinieron los fontaneros y finalmente trajeron la mampara.
Ya tenía ducha nueva. Y me disponía a estrenarla. Así es que hice unas flexiones y abdominales para sudar un poco y me introduje en la ducha.
Cerré la mampara -¡en buena hora!- y abrí el agua caliente. Cerré para enjabonarme y un chorro abundante me retiró el champú que sobraba.
La toalla estaba fuera, así es que intenté abrir la mampara. Entonces...
Estaba atascada. Y no abría.
¡Calma!. No hay que ponerse nervioso.
De nuevo, comedidamente, traté de abrir, pero me fue imposible.
Así estuve intentándolo como media hora. Finalmente perdí los nervios y traté de romper la mampara. Con el trágico resultado de golpearme la cara con la susodicha.
Ya sé por arriba. Pero debido a mis 117 kilos no podía subir.
Bueno, ¡esta situación es absurda!.
Ya sé a las 10.00 horas llega María -la doméstica- y ella me sacará.
Sin embargo...Ya debían ser las 10.00 horas y no llegaba.
¡Ah, claro hoy es miércoles, justo el único día de la semana que no viene!.
Ya llevaba más de tres horas en un ambiente muy húmedo, por lo que había comenzado a enfriarme.
Entre estornudos comencé a rezar...
Pero no me sabía el padrenuestro entero. Y además yo no era creyente.
Tuve que dormir en la bañera, muerto de hambre.

Y cuando al día siguiente llegó María, el ruido de la puerta me despertó y...
Todo había sido una pesadilla. Una terrible pesadilla. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario