Yo me quedo en A
Coruña escribiendo Poesía, fumando hachís.
Y pensando en la
Keka.
Y como se han
acabado las clases de español a inmigrantes de Ecos do Sur. Y como
yo no puedo olvidarme de mis alumnos durante el verano...
Mi profesor de
árabe Tayib me ha conseguido una alumna nueva: llamada Salma. Árabe.
Es cariñosísima
y tiene unos bellísimos ojos negros.
Me he enamorado de
ella. Pero esto no es significativo porque yo me enamoro de todas mis
alumnas.
De sus ganas de
aprender.
De su idioma.
De sus ojos.
La última novedad
con Salma es que le leo y le explico -con mi pobre árabe y con
signos- recetas de cocina de Arguiñano. Hoy iba a hacer un arroz
caldoso.
Y definitivamente
se fastidió el viaje a Valencia que iba a hacer con mi amigo Jacobo.
No falló un cura salesiano. Otro más.
Pues sí yo con el
clero nunca he tenido buenas relaciones.
Ah, y estoy
dejando el Zyprexa con la ayuda del médico naturista. Y duermo
igual: Poquísimo.
Pero yo lo que
quiero es que cuando me despierte vea el culo de la Keka, a mi verita
vera.
Y bueno
preparémonos que va a venir Salma.
Y el lunes vuelve
Tayib de su viaje de vacaciones con su pareja.
Retomaremos las
clases de árabe.
Que daremos de
ocho a nueve, justo antes de Salma.
Luego voy al
gimnasio. Y ya he escrito antes: De seis a ocho.
Kiko Cabanillas.
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