20 de diciembre de 2017

-Mis Navidades-

Fiesta católica capitalista renuncio a tí.
He calculado que me gastaría unos 300 euros en regalos y comida.
Cantidad que transferí ayer a la ONG Ecos do Sur.

Me disculpé con mi padre, quien entendió perfectamente mis explicaciones.
Y con mi hija.

Aprovecho la ocasión: Me acabo de divorciar: No tengo compromisos con mi familia más próxima..

Ya me ha dicho Patxi en que van a emplear mis 300 euros: Comprarán una cafetera para poder ofrecerles un café a los inmigrantes que acudan a la sede en A Coruña.

El año pasado, el dia de Navidad me encontré al negro George en un bar. Y le invité a un café y un pincho de tortilla. Lo comió ansioso de pura hambre. Le caía la tortilla de la boca a la mesa.

Pues estas fechas serán para mi las de máxima austeridad.
Y quizás deberían ser así para todos.
Es que acaso no se os rompe el alma cuando salís de una tienda cargados de regalos y veis a un sintecho pidiendo a la puerta vestido de Papá Noel y cantando -con un quejio lleno de dolor-: Feliz Navidad.

Ahora toca ser feliz. Lo dice el Corte Inglés.
Y tu con tu cara de cebollino eres feliz por cojones.
Te olvidas de todos tus problemas por unos días.

Echas mano de los antiácidos

E ignoras al mendigo.

Pues no caballeros. Hay otra forma de ser feliz. Fuera de fechas programadas. Todos los días. Ama al prójimo cojones. Que es como tu sólo pero con peor suerte.

¡Navidad, Navidad, puta Navidad!.

                                                    Kiko Cabanillas.

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