Éste fin de semana he tenido en casa
a mi mujer (casi ex-mujer). Y a mis hijos.
Santi y Ana ya se han ido. Y en breve
se irá Juli a Santiago (donde estudia tercero de Derecho), donde
está mucho más feliz que en la Autónoma de Madrid, donde estudiaba
antes. Además viene a A Coruña todos los fines de semana y yo la
devuelvo con una pescadilla al horno y filetes de Paco incorporados.
No me engaño: Viene por sus amigos coruñeses, pero un poco también
por mí.
Estoy leyendo mucho -libro diario, de
poesía- y estudiando árabe con muchas ganas.
Celeste -mi profe- me ha dicho que no
puedo ir al viaje que organiza porque es de mucho andar. “Ya habrá
más”, dijo.
Leo compulsivamente y no retengo todo
lo que desearía. Pero no lo puedo evitar.
Tengo tres fuentes de libros: El club
de lectura de la biblioteca, el taller de Filosofía -donde estoy
disfrutando sobremanera un libro sobre el Islam-, y el servicio de
préstamos de la Biblioteca. Todo ello gratuito.
Soy incapaz de no coger un libro que me
interese.
Los de Poesía me los meriendo en un
día, pero los de narrativa me llevan dos o tres. Excepto en verano:
Un día, también.
Inicio el día con mis clases de árabe
de 9 a 10.30 horas.
También hay días -lunes y jueves- que
voy a impartir clases de español a inmigrantes de Ecos do Sur.
Mi colaboración en prensa de la ONG
está paralizada y tampoco colaboro en diarios últimamente. Por lo
cual me dedico a estudiar árabe y a escribir en mi blog y en dos web
literarias.
Tampoco tengo algún libro en
perspectiva.
Me divorcio definitivamente en dos
meses, pues ya están todos los trámites cumplidos.
Y aunque estoy emocionalmente muy bien,
quiero permanecer activo.
En fin, que Julia se irá y yo me
quedaré sólo con todos los bollos que siempre le compro para el
desayuno y que acabo devorando yo cuando se va.
Estoy cansado: Me dormiré pronto.
Kiko Cabanillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario