El 23 de noviembre
me han concedido el divorcio de Ana.
Dos hijos en común
son inseparables.
Por lo que
permaneceré unido a mi ex de por vida.
Llevaba dos años
casi viviendo sólo, por lo que me hacía falta el divorcio como agua
de mayo.
Estoy en un estado
de estupefacción del que no logro salir: Mezcladas en mi mente
imágenes del desierto del Sáhara en compañía de Ana, con otras de
las mil y una discusiones que manteníamos habitualmente.
Y ahora...
Yo tengo la
obsesión de volver a tener familia. Pero tengo cincuenta años. No
son edades para ir por las discotecas a ligar. Pero estoy muy metido
en el mundo delas ONGs, con lo que alguna trabajadora solidaria
podría solucionar mis pesares.
Tengo que vender
el piso en dos años. Y darle a Ana 33.000 euros.
El dinero no me
duele, pues así tendrá seguridad tanto para ella como para mis
hijos.
Lo único negativo
es que si no tuviera ese dinero tendría que buscar trabajo. Y ahora
puede que no lo haga.
Espero que Ana
encuentre pareja.
Ahora bien si veo
al nuevo agente dándole un beso a mi Santi lo más probable es que
le arranque los morros.
!Soy viejo y gordo
pero te puedo hacer feliz!.
Kiko Cabanillas.
Kiko Cabanillas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario