Cáncer de colon y problemas cardíacos.
Jamardo.
Además una quimioterapia mal
administrada según reconocieron los médicos.
Hablé con él por teléfono.
Tardo en reconocerme, pero al fin se
dio cuenta y como siempre dijo “Cajondios”.
Mucho me he acordado de la cobertura
informativa que hizo Jamardo a Ramón Sampedro, fallecido hace años
tras una eutanasia activa.
Me reuní en el despacho con Moncho,
hoy delegado heredero de Alba, quien murió hará veinticinco años.
Moncho recibió mis sugerencia de
temas: “Cincuenta inmigrantes en A Coruña”, “Túnez tras la
primavera” y “El infierno de Gaza”. Y habló con agrado con mi
colaborador Tayib.
Me dijo que si fuera en Ribeira...Pero
La Voz es una empresa “que va mal”, “aunque no tan mal como
otras”, matizó. Y si por el fuera...Lo pasaría a los mandos
superiores.
Moncho se quejó de su espalda y del
estómago. Y yo sentencié: “Estamos viejos Moncho”.
Y yo de vuelta a A Coruña iba
impactado por el buen Jamardo. Y dándome cuenta que estamos aquí
dos días. Lo cual me animaba a meterme en Gaza, aún a pesar de los
riesgos que correría.
Y yo percibí, por la mirada de los
periodistas jóvenes de la redacción, de que me he convertido en un
veterano de prensa. Por no decir viejo. Pues a pesar de que dejé el
día a día de la redacción cuando sufrí mi accidente siempre me
mantuve conectado con mi oficio, con colaboraciones o gabinetes de
prensa. Aunque dios sabe lo que eché de menos el pulso noticiable
del diario.
Kiko Cabanillas.
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